Jueves, 9 de agosto de 2007 | Hoy
EL PAíS › ENARSA APUNTA HACIA LOS VENEZOLANOS POR LA VALIJA CON LOS 800.000 DOLARES
La petrolera estatal admitió en un comunicado que el avión donde llegó la misteriosa valija fue contratado por la empresa y señala que los pasajeros venezolanos viajaron en él como un favor a PDV SA. Asegura que el que transportaba el dinero era Antonini Wilson, un empresario que acompañaba al hijo del vicepresidente de la empresa venezolana.
Por Raúl Kollmann
La fiscal María Luz Rivas Diez resolverá entre hoy y mañana si imputará por contrabando al ciudadano y empresario venezolano Diego Alejandro Antonini Wilson, en cuya valija estaban los 790.550 dólares que fueron incautados por la Aduana en la madrugada del sábado. Anoche, la petrolera estatal Enarsa emitió un comunicado en el que dijo haber contratado el vuelo Buenos Aires–Caracas–Buenos Aires para concretar la firma de contratos relacionados con la provisión de gas. En el texto, Enarsa sostiene que aceptó, como favor, traer a varios ejecutivos de la petrolera venezolana, PDV SA, y señala como responsable a un pasajero venezolano que no es funcionario del gobierno: Antonini Wilson. Es más, en todo el texto, Enarsa deja la pelota del lado venezolano. La petrolera oficial argentina identifica a Antonini Wilson como un acompañante de Daniel Uzcateguy Speech, hijo del vicepresidente de PDV SA. En el vuelo viajaban también Claudio Uberti, un negociador clave de Julio De Vido con el gobierno de Hugo Chávez, y el presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa. Hasta el cierre de esta edición, PDV SA no había dado explicaciones de por qué y para qué un hombre traído por ellos en el avión ingresaba a la Argentina semejante cantidad de dólares en efectivo.
Los 790.550 dólares fueron descubiertos a raíz de que todo el equipaje de esos vuelos se pasa por un scanner. El agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que maneja el aparato en la terminal Sur de Aeroparque vio el dinero en una valija. Los aduaneros preguntaron entonces cuál de los pasajeros era el dueño y le pidieron que la abra. El argumento por el cual la Aduana no consideró el hecho como contrabando, sino como una infracción aduanera, es que los dólares, aunque no fueron declarados antes de ingresarlos, no estaban ocultos –por ejemplo, no se encontraban en un doble fondo– ni el pasajero puso reparos. Por ello únicamente se labró un acta que fue firmada por los funcionarios aduaneros intervinientes, los dos integrantes de la PSA y el propio Antonini Wilson.
La fiscal Rivas Diez tendrá que decidir ahora si para ella el razonamiento de la Aduana es válido o si hay elementos para investigar el delito de contrabando. Da la impresión que la fiscal se va a inclinar por esta segunda variante. “Es el viejo razonamiento de que no es lo mismo que te agarren con un cigarrillo de marihuana que con cinco kilos o no es lo mismo que te detecten entrando tres camisas que trescientas. Estas últimas son para hacer una operación comercial”, explicó ante este diario un veterano juez.
Por supuesto que en la fiscalía tomaron nota de otro hecho. El expediente que inició la Aduana debía concluir con una multa, que podía ir desde el 50 por ciento de la suma descubierta, o sea 400.000 dólares, hasta cuatro veces esa cifra. Pero hasta el momento el venezolano Antonini Wilson no se volvió a presentar, y anoche la fiscalía libró un oficio preguntándole a Migraciones si había vuelto a salir del país. En los registros de Migraciones no figuraba la salida, pero se sabe que siempre puede haber errores.
La explicación de Enarsa se conoció a 48 horas del momento en que trascendió el descubrimiento del dinero. Pero el comunicado permitió conocer detalles del viaje.
- El vuelo se contrató para firmar un acuerdo relacionado con la infraestructura necesaria para el suministro de gas natural licuado a la Argentina.
- Viajaron Espinosa por Enarsa, Uberti, protagonista de las negociaciones con Venezuela, y Victoria Bereziuk, para las tareas administrativas y también encargada de relaciones públicas de Enarsa.
- En un almuerzo realizado en el marco de las negociaciones, los venezolanos les pidieron si podían llevar en el avión a varios funcionarios de PDV S.A. En concreto “a Ruth Berhrrenes, de PDV S.A. de Uruguay; Nelly Cardozo, asesora jurídica de la petrolera, Wilfredo Avila, de protocolo y Uzcateguy Speech, hijo del vicepresidente, junto a un acompañante”, según dice textualmente el comunicado de Enarsa. El “acompañante” resultó ser Antonini Wilson, el de los 790.550 dólares.
El gobierno nacional respaldó anoche el comunicado de Enarsa que deposita la responsabilidad sobre las explicaciones en los hombres de PDV SA. Un alto funcionario de la Casa Rosada lo dijo en estos términos: “El Gobierno tiene la obligación de decirle la verdad al pueblo argentino y esa verdad está en el comunicado. Además, esto no lo descubrió el periodismo, lo descubrió un pingüino que es el que maneja la Aduana”.
Desde el punto de vista político, lo más significativo justamente es que Enarsa, que responde directamente a De Vido, señala a los venezolanos. El texto dice, en otras palabras, “ellos nos pidieron que los trajéramos en el vuelo y Antonini era parte de la comitiva que ellos subieron al avión. De manera que es la gente de PDV SA la que tiene que explicar”.
El enfoque oficial, puede generar alguna incomodidad del lado venezolano, ya que 24 horas antes Hugo Chávez y su embajador en la Argentina dijeron que “es falso de falsedad absoluta que los 800.000 dólares tengan que ver con funcionarios de nuestro gobierno”. Página/12 intentó comunicarse con funcionarios de la embajada o de la empresa, pero no consiguió tomar contacto con alguno capaz de confirmar o desmentir la información. Consultadas sobre el tema, fuentes de la Casa Rosada le bajaban intensidad al posible choque asegurando que Chávez se refería específicamente a los miembros de su comitiva.
Los que conocen la vida de gobiernos y aeropuertos diagnostican que resulta difícil que el dinero tenga algo que ver con Chávez. “Cuando un presidente va a mover semejante cifra de dinero en efectivo, lo hace en su propio avión y en su propio equipaje, que no es revisado. Recurre a quien tiene pasaporte diplomático, al que tampoco le revisan las valijas. Esto viene por otro lado”, analizó ante Página/12 un hombre que ha pasado años controlando en Ezeiza.
Uno de los interrogantes que trataba de develar ayer la Justicia es el destino del dinero que se intentó entrar al país sin registro. Una de las primeras versiones recogidas en ese ámbito señala que Antonini Wilson proviene de una familia acaudalada y revista en el empresariado venezolano con aparentes intereses en el ramo alimenticio. Las hipótesis de las operaciones que podría tener en mente son innumerables, pero por ahora no hay indicios certeros sobre la forma en que se iban a usar los 800.000 dólares. Por supuesto, siempre existe la hipótesis del lavado de dinero de negocios turbios o corrupción, pero eso no será fácil de probar para la Justicia argentina.
La fiscal Rivas Diez trabajó en su despacho hasta altas horas de la noche. Le tomó declaración al agente de la Policía Aeroportuaria, a un superior y a los funcionarios de la Aduana. Esperaba también la presencia del titular de Royalclass, la empresa propietaria del avión en el que viajaron los pasajeros. Este diario no pudo confirmar el trascendido de que hacia las 20 todavía se estaba realizando un careo entre aduaneros y aeroportuarios para establecer con exactitud cuál fue la actitud de Antonini Wilson ante el incidente. Las versiones que ayer corrían eran esencialmente dos, aunque con variantes. La primera, que el venezolano dijo ser parte de la delegación del presidente Hugo Chávez, que se opuso a que le abrieran la valija y que sostuvo que traía libros, no dinero. La segunda versión, en la que coinciden la Aduana y Enarsa, indica que Antonini no se opuso a abrir la valija y firmó el acta sin poner obstáculos. El detalle de cómo fueron las cosas tiene importancia para que la fiscal sume o no sume más elementos en su eventual acusación.
En términos jurídicos, veteranos jueces del fuero penal económico le explicaron a este diario que es casi seguro que el único imputado va a ser Antonini Wilson. “No hay nada más personal que un equipaje –explicaron–. Es distinto si las personas hubieran estado conviviendo en la misma habitación de un hotel durante varios días. Ahí se podría suponer que es muy difícil armar una valija sin que los demás sepan qué contiene, más todavía si son fajos y fajos de dólares. Pero en este caso, en que cada persona viene de su casa, resultará imposible adjudicarle la responsabilidad de lo que hay en una valija a los demás pasajeros. Esa será la mirada judicial.”
Indudablemente la mirada política puede ser otra. En los próximos días deberían tener respuesta todas las preguntas que en ese terreno deja abiertas el descubrimiento.
El bloque del radicalismo en Diputados presentó ayer un pedido de informes para que el Gobierno explique las razones por las que funcionarios argentinos compartieron un vuelo privado desde Caracas en el que se detectó que uno de los pasajeros de nacionalidad venezolana intentó ingresar 800 mil dólares sin declarar. La bancada del oficialismo rechazó el pedido por 92 votos contra 78. El jefe del bloque UCR, Fernando Chironi, sostuvo que más que pedir el esclarecimiento del presunto delito, la intención del proyecto era “que el Gobierno explique cuál es la razón de que estos funcionarios (por Claudio Uberti, titular del Occovi, y Exequiel Espinosa, director de Enarsa) viajaran con una persona que pasó por la circunstancia”. Su par kirchnerista, Agustín Rossi, rechazó la iniciativa y argumentó que hasta ahora, incluso por los dichos de la fiscal de la causa, todo está basado en “versiones periodísticas” y se trata de “una investigación preliminar”.
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