La decisión del jefe de Gobierno Mauricio Macri de priorizar la atención de los porteños en detrimento de los bonaerenses en los hospitales de la ciudad de Buenos Aires, anunciada por su ministro de Salud Jorge Lemus, derivó ayer en una dura polémica. Alberto Pérez, jefe de Gabinete del gobernador Daniel Scioli, calificó la medida como “infantil”, consideró que encubría “una especie de xenofobia” y le reclamó a Macri que “deje de enviarle cinco mil toneladas de basura que contaminan y enferman a los habitantes de la provincia”. El jefe de Gabinete macrista Horacio Rodríguez Larreta le respondió que idéntico sistema de salud se aplica en municipios de la provincia y que, al fin y al cabo “los hospitales porteños se financian con impuestos de los porteños”. Toda una declaración de principios.

El sanitarista Lemus, quien se autodefine como “fundamentalista del hospital público”, se refirió en una entrevista con La Nación a “un sistema que se llama ‘de derivación protegida’, que fija prioridades. Esto no significa que vamos a cerrar las puertas a nadie ni que vamos a cobrar a nadie”.

Pérez consideró que la decisión “es un brote epidérmico del jefe de Gobierno ante la dura reacción nuestra por el tema de la basura”. Sostuvo que la medida que piensa aplicar Macri en los hospitales “es una especie de xenofobia y un abandono de personas” por parte del jefe comunal y sus funcionarios. Advirtió que “plantear el abandono de personas como solución y respuesta” implica “un retroceso muy grande en la institucionalidad argentina”.

Rodríguez Larreta replicó en declaraciones a radio Del Plata que “esa forma de atención ya se registra en varios municipios de la provincia” y consideró “rarísimo que acusen a Lemus cuando lo quisieron acercar al equipo de gobierno de Scioli un mes antes de que nosotros lo confirmásemos” en el cargo.

El jefe de Gabinete porteño aseguró que “de ninguna manera es un abandono de personas porque en la atención de la urgencia, obviamente, no hay ninguna diferencia respecto de los porteños y gente de otras provincias”. “También es cierto que los hospitales porteños se financian con los impuestos de los porteños y más de la mitad de la gente que se atiende son de la provincia de Buenos Aires, y realmente no sobra la capacidad en los hospitales de la ciudad”, argumentó.

Insistió en que “en las cosas que son programadas y que requieren turnos, la idea es dar prioridad a la gente de la ciudad de Buenos Aires”, en cambio “en las urgencias se seguirá atendiendo igual”. Agregó que “dar prioridad en los turnos no significa que no habrá turnos para gente de otras provincias”.

Pérez puntualizó que le “cuesta pensar cómo van a implementar el sistema de salud”, aunque consideró que “desde lo filosófico no asombra porque la historia de ellos (por Macri y sus funcionarios) avala que tengan esta especie de xenofobia, que es muy difícil de entender”.

Recordó que durante la campaña electoral Macri “no habló sobre qué va a hacer con la disposición final de la basura porque esa basura es la que contamina y enferma a muchos de los habitantes y, sobre todo, a los chicos que viven en el conurbano y se atienden en la ciudad” de Buenos Aires.

Ambos jefes de Gabinete se habían reunido antes de asumir en sus respectivas funciones, oportunidad en la que ya habían surgido las diferencias acerca de esos dos puntos, aunque también habían dicho que pensaban consensuar una agenda de temas comunes a ambos distritos.

“Dijimos que siguen entrando cinco mil toneladas diarias de basura a la provincia de Buenos Aires y no aplican la ley sobre basura que ellos mismos aprobaron hace dos años. Si no cambian el paradigma de recolección y entierro, a otro de separación de origen, reducción de basura y plantas de transferencias, la basura de la ciudad de Buenos Aires no puede seguir entrando en la provincia”, concluyó Pérez.