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El rebrote del affair de la valija de Guido Antonini Wilson se produce en el marco de las primeras dos semanas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en las cuales CFK consolidó su imagen cercana al 60 por ciento de opiniones positivas. Convergen tres tendencias. La primera, que una mayoría importante cree que Estados Unidos utiliza el caso Antonini contra Cristina, pero principalmente contra Hugo Chávez. O sea que los fiscales, la Justicia norteamericana y el embajador de ese país no aparecen como independientes y creíbles. La segunda tendencia es que, también una mayoría, considera que el caso Antonini es un caso de corrupción y no una operación basura de Estados Unidos. El tercer factor es que pese al impacto del affaire de la valija, CFK es evaluada bien o muy bien por el 57 por ciento de los consultados, en tanto que sólo un ocho por ciento tiene mala opinión.

Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por la consultora Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), que lidera Enrique Zuleta Puceiro, y que entrevistó a 1100 personas de todo el país, respetándose las proporciones por lugar de residencia, ciudades grandes y chicas, sexo, edad y nivel económico-social. El trabajo fue dirigido técnicamente por Isidro Adúriz.

“La crisis del caso Antonini –señala Zuleta– encuentra a CFK en franco proceso de consolidación. Casi no registra opiniones negativas. La cuarta parte de la población escéptica con ella tiene una consistencia muy parecida a la del electorado opositor en las recientes elecciones. Este segmento, sin embargo, la califica con un regular, no con un negativo.”

Hay una sólida mayoría del 55 por ciento que dice que es poco probable o nada probable que el dinero de la valija tuviera como destino el financiamiento de la campaña de Cristina. Eso aleja a la Presidenta de la responsabilidad en la maniobra y la sitúa, según los encuestados, en personajes venezolanos y hombres de la segunda línea argentina. Es más, un 61 por ciento afirma que los 800.000 dólares provenían del gobierno de Hugo Chávez, más que del propio Antonini. En ese marco, las opiniones sobre la respuesta de CFK al Departamento de Justicia de Estados Unidos, calificando la causa de Miami como un operativo basura, divide aguas. Hay un 36 por ciento que no coincide con la idea de maniobra basura y un 30 por ciento que le da la razón a Cristina. En esa misma línea de pensamientos y las posturas igualmente divididas, hay un 45 por ciento que dice que el caso de Antonini es un caso de corrupción y un 38 por ciento afirma que es más bien una operación de Estados Unidos.

Teniendo como base esa controversia, con una mayoría considerando que los 800.000 dólares son un hecho de corrupción, los encuestados también perciben que el caso es utilizado por Estados Unidos contra Chávez y Cristina. Lo más significativo es que una sólida mayoría –60 por ciento– afirma que los fiscales norteamericanos no son independientes, algo que está instalado a partir de la desconfianza en el gobierno de George Bush y la idea de que en Washington se suele manipular las cosas contra quienes no acompañan las posiciones norteamericanas. Eso se confirma con la opinión del 35 por ciento que señala que Antonini es utilizado por Washington contra Cristina y un 61 que asegura que la Casa Blanca apunta utilizar el caso para desestabilizar a Chávez.

Tal vez lo más llamativo, pero no sorprendente, es que casi el 70 por ciento de los entrevistados afirma que el caso Antonini no será esclarecido y que no se sabrá la verdad. Es que para esa mayoría se trata de una trama de corrupción y maniobras políticas. Y en ese terreno, los encuestados son escépticos desde hace años.