Desde Gualeguaychú

“Más de la mitad del transporte está parado y no trabaja. ¿Cómo va a hacer la Presidenta para poner en marcha la industria con el 30 por ciento de las retenciones?”, expresó a sus pares el productor-arrendatario Alfredo De Angeli. Un dato que se olvidó de mencionar: en este nuevo conflicto en las rutas, los transportistas quieren seguir trabajando y no están de acuerdo con la metodología de la protesta. Incluso, los trabajadores de los campos –los llamados peones, sujeto social que no aparece en este conflicto– están en contra del lockout decretado por la Mesa de Enlace, al menos en el sector frutihortícola. Ayer en el corte de Gualeguaychú hubo un cruce entre el secretario general del sindicato de la Fruta de Entre Ríos y Corrientes, Alcides Camejo, y el representante empresarial del sector, Héctor Toler. Lo que el año pasado fue la comunión entre los trabajadores y empresarios del campo, hoy da cuenta de que las consecuencias de la crisis económica afectan primero y en mayor medida a los sectores de la clase trabajadora.

“El año pasado los ayudamos. Pero ahora ustedes nos bajaron el precio y nos pagan menos por el flete. Y después se quejan de que no quieren pagar retenciones ni impuestos. Ya colaboramos, ¿y ahora a mí quién me paga los días sin laburar?”, preguntó un camionero que transportaba cereales al grupo de chacareros que estaban cortando el paso en Gualeguaychú.

–Primero estamos nosotros, que somos los que ponemos la guita y les damos laburo a ustedes –le respondió un productor con una remera que llevaba el nombre de Gustavo Hein (Pulverizadores Agrícolas), con tono de patrón de estancia y de pocos amigos.

Este fue el primer choque de ayer, cerca del mediodía. Por la noche, hubo otros incidentes. “Ustedes levantan la soja en tres días y viven. Nosotros tenemos que laburar todo el mes para vivir. Hacé una lista y yo te voto, hermano, pero no me jodás acá”, increpó Damián, un camionero dueño de su propio transporte, dedicado al traslado de cerámicas.

Las diferencias entre el conflicto del año pasado y éste son marcadas. En esta puja entre transportistas y productores empresarios, quienes están en una posición más débil parecen ser los camioneros, ya que por su tipo de trabajo, si no llevan a destino la mercadería no cobran. Mientras que los chacareros tienen a sus peones –cuando ellos están en la ruta–, que son quienes están ensilando y preparando la próxima cosecha. Cuando no son arrendatarios.

Según el secretario general del Sindicato de la Fruta, Alcides Camejo, el año pasado se perdió en las rutas aproximadamente un 20 por ciento de la fruta cosechada, algo que entre las miles de toneladas de leche desperdiciada pasó desapercibido. “Ahora nos quieren suspender la cosecha por una semana, eso es mucho tiempo. Hay muchos trabajadores que no van a cobrar su quincena”, indicó a Página/12 Camejo.

Ayer por la mañana, el sindicalista tuvo una discusión con De Angeli por el paso de los camiones de fruta. Si bien la Mesa de Enlace señaló que todo alimento no perecedero pasaría, el congestionamiento de camiones hace difícil discriminar las cargas. De Angeli le respondió que él no tenía nada que ver con eso pero le aseguró que los camiones pasarían. “Y si no pasan, yo ya estoy coordinando que vengan entre diez o quince colectivos llenos de gente para poder pasar”, amenazó Camejo a este diario. Héctor Toler, el representante del sector empresario frutihortícola de Chajarí, garantizó que los camiones pasarían por la noche.

“Durante un año perdimos mal. Nuestro problema es que tenemos un costo de mano de obra intensiva. Por eso pedimos al Gobierno que bajen los aportes patronales del sector”, indicó a este diario Toler, sin mencionar que en los últimos meses el Ejecutivo bajó las retenciones para las frutas en un 50 por ciento.