El centroizquierda y la izquierda están decididamente en contra de los puntos del proyecto de reforma política que “afianzan el bipartidismo” y “amenazan” la existencia de los partidos chicos. “La reforma política no debe estar pensada para que se cristalicen las viejas estructuras del bipartidismo y para impedir el crecimiento de nuevos partidos”, opinó Martín Sabbatella, de Nuevo Encuentro. En Proyecto Sur opinan parecido, ya que la propuesta de Fernando “Pino” Solanas fue armar su propia fuerza política por fuera de las estructuras “caducas y perimidas” del PJ y la UCR. Ahora Carlos Raimundi, de Solidaridad e Igualdad, presentará un proyecto “para comenzar de cero el proceso de afiliación y sincerar así padrones anacrónicos” de los partidos políticos. “Este nuevo Pacto de Olivos tiene dos protagonistas: el gobierno K y la UCR”, afirmó Vilma Ripoll, del MST. “La reforma anunciada por los Kirchner es un corralito que pretende, con el argumento de remediar la fragmentación política de oficialistas y opositores, producir una polarización en la segunda vuelta en 2011”, sostuvo Marcelo Ramal, del PO. “Es un proyecto antidemocrático y proscriptivo”, sentenció Christian Castillo, del PTS.