Cuando comenzaron a publicarse las primeras notas sobre la conformación de la Policía Metropolitana en Página/12, un comando anfibio de la Infantería de Marina mandó un correo electrónico a este periodista para adelantar lo que ahora quedó confirmado: el traspaso de decenas de miembros de las Fuerzas Armadas a la Ciudad de Buenos Aires. “Algunos nos vamos a trabajar afuera del país y otros entraron en la Policía Metropolitana”, informaba.

Las precisiones de los mensajes, firmados con nombre y apellido pero con pedido de reserva como fuente, llegaban hasta los niveles de ingresos y funciones en la Policía que el jefe de Gobierno porteño y su ministro Montenegro estaban organizando. “Los compañeros y conocidos que entraron a la Policía de Macri son oficiales y suboficiales. La gran mayoría está en un grupo especial, vendrán a ser como el GEOF de la Federal y los demás quedaron como instructores. El sueldo que ya han cobrado es de 4500 pesos para los que están de instructores y 6500 para los de fuerzas especiales. El detalle es que lo cobran en mano”, sostenía el infante de Marina, que también deslizaba otro dato: el sueldo básico ronda los 3000 pesos.

Desde algún lugar no precisado de Sudamérica donde pensaba obtener ingresos en divisas, en uno de sus últimos mensajes escribió: “Contamos con más de quince años de servicio y no superamos los 3500 pesos. En estos meses mantenemos enlace con compañeros que ya se han ido del país a trabajar en empresas militares privadas y con un sueldo básico de 4500 dólares al mes”. Como prueba, y a manera de despedida, ofrecía mostrar a su regreso el recibo de su último medio aguinaldo por 510 pesos.