Viernes, 2 de abril de 2010 | Hoy
“Lo primero que le ocurre al conductor fatigado es que deja de chequear los espejos retrovisores; primero el derecho, después el izquierdo y el central –explicó Gustavo Brambatti, subgerente de seguridad vial del Cesvi–. También empieza a perder la percepción del tablero de instrumentos. Su visión se reduce al frente del vehículo. En esta condición, bostezando, trata de despejarse: prende la radio, mueve el dial, abre la ventanilla para recibir el viento en la cara. Después empieza a perder ya la percepción de la ruta. Suele aumentar la velocidad, siente que eso, la adrenalina, lo despabilará; lo logra en un primer momento pero la somnolencia vuelve. A alta velocidad, el choque ya está dispuesto.
“Son choques muy característicos –continuó Brambatti–: típicamente, el vehículo se cruza de carril sin que el conductor reaccione, sin que llegue a apretar los frenos, y choca de frente a alta velocidad al que venga por la mano contraria. En los peritajes, esos indicios nos permiten advertir que se hallaba en estado de fatiga. Muchas colisiones en horario nocturno, especialmente frontales, son producto de la fatiga del conductor.”
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.