La situación del radicalismo porteño ante un eventual acuerdo con el PRO de Mauricio Macri sigue provocando conflicto interno. Las versiones de que el diputado Ricardo Gil Lavedra había mantenido conversaciones con un ministro del gabinete macrista despertaron la alarma de la candidata a jefa de Gobierno, Silvana Giúdici, y del titular del Comité Capital, Carlos Más Vélez. “Todo eso son rumores, en realidad no pasa nada. Nosotros seguimos para adelante”, aseguró Giúdici a Página/12. “Esta conducción no va a ser en ningún caso una instancia de conversación con el PRO para establecer ningún acuerdo electoral para julio”, se despachó Más Vélez, quien en cambio inició un acercamiento con Proyecto Sur, la Coalición Cívica, el socialismo y el GEN.

La necesidad del PRO de encontrar un candidato a presidente para colgar su lista de diputados nacionales en octubre y la debilidad electoral del radicalismo en la ciudad en las elecciones locales de julio fueron el caldo de cultivo perfecto para un sector del radicalismo que especula con un eventual acuerdo. Sin embargo, la actual conducción, en manos de Más Vélez, y la candidata a jefa de Gobierno Giúdici, entre otros, descartaron cualquier intento en ese sentido.

Más Vélez buscó además obturar las conversaciones que mantienen con el PRO sectores vinculados con el histórico operador Enrique “Coti” Nosiglia o dirigentes nacionales del partido que se involucran en la política local. “Cualquier conversación en la que no esté el presidente carece de legitimidad”, remató.

El próximo lunes, el radicalismo convocará a la convención metropolitana, donde se evaluará la constitución de alianzas y se pondrá en consideración la situación de Giúdici. La alternativa más probable para favorecer acuerdos con otras fuerzas como Proyecto Sur, la Coalición Cívica, el socialismo y el GEN es que la diputada termine por desistir de su postulación.

Por estas horas se profundizarán los acercamientos, ya que el martes a la medianoche vence el plazo para presentar alianzas y, allí, los partidos del arco opositor no kirchnerista deberán definir si van unificados o mantienen una dispersión que favorecería al PRO y al FpV.