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¿A qué se refirió cuando dijo que en el tema de Severo había que investigar todas las hipótesis?

–Cuando declaró en la fiscalía, Severo había denunciado una red que involucraba a muchos sectores y actores que habían sido partícipes en el homicidio de Mariano Ferreyra. Me parece que no hay que limitarse a investigar la desaparición de él, sino que debe vincularse la desaparición con las causas y con los hechos y con la red que él denunció en la causa sobre Mariano Ferreyra.

–Se interpretó que había sospechas sobre Severo. ¿Es así?

–No. Severo ha sufrido atentados contra su casa, ha sido amenazado. Lo que quise decir es que si aparecía Severo había que investigar quiénes lo secuestraron y si no son los mismos sectores que participaron en la organización de la muerte de Mariano Ferreyra. No conozco el relato que hizo de su detención, pero no hay que investigar sólo su desaparición transitoria.

–¿Por qué vinculó el hecho con la ley de medios?

–No, fue un error de interpretación. Lo largaron para descalificarme. Un periodista me preguntó si la desaparición de Severo fue para crear un clima. Yo le dije: “No lo puedo saber, pero si fuera sería gravísimo”. No fui yo quien quiso vincular eso. Yo no conozco los móviles de la desaparición de Severo.

–¿Cómo se hace para prevenir casos como éste?

–El Código Procesal Penal establece el tema de la custodia. Lo debe definir el tribunal que esté a cargo, puede ser de oficio. Habitualmente no requiere la aceptación de la persona a custodiar, pero a veces la persona no quiere tener custodia policial, puede rechazarla. Si la amenaza es grave y hay elementos que ponen en riesgo a la persona o su grupo familiar, el mejor método es el programa de protección de testigos, pero requiere una adhesión a veces traumática: cambiar el nombre, la identidad, trasladarse a un lugar alejado.