La mano derecha de Rodolfo D’Onofrio en River es el secretario general, Guillermo Cascio. Empresario del PRO, ex CEO de IBM –donde dejó un tendal de despedidos– y ex gerente general del Banco Ciudad, donde sufrió un escrache de su personal por más despidos, ocupa el cargo más alto en el club entre todos los que acompañan el proyecto político de Mauricio Macri. Junto al presidente tiene la obligación de firmar toda la documentación importante de la asociación civil.

Eugenio Burzaco es vocal titular y dirige el departamento de Seguridad en River. Fue jefe de la Policía Metropolitana y también diputado del PRO en la Legislatura porteña. Agustín Forchieri es asambleísta y legislador del PRO desde diciembre último. Primo hermano de Diego Santilli, sostiene que “Macri es la única opción de cambio en 2015”. Ignacio Villarroel es un abogado que integra la comisión de River como vocal titular y que coordinó la campaña electoral del PRO en Entre Ríos el año pasado.

Alberto Orlandoni es asambleísta, abogado y controlador de faltas del PRO. Adrián Varela, vocal titular y hombre cercano a Diego Santilli. Pero el primero que hizo punta en River, incluso varios meses antes de las últimas elecciones, fue Fernando de Andreis, el actual presidente del Ente de Turismo porteño y ex diputado por dos mandatos consecutivos. En 2013 sorprendió cuando se postuló como candidato a suceder a Daniel Passarella en la conducción del club. Hizo una efímera campaña durante un partido contra All Boys repartiendo chupetines y volantes bajo el eslogan “son los chupetines de Ramón” (por Díaz, el director técnico de River). Hoy también es asambleísta del club.