EL PAíS › RESPALDO DE LOS PAISES LATINOAMERICANOS A LA POSICION ARGENTINA
El teléfono no dejó de sonar en la Rosada
La idea de convocar a una manifestación en Plaza de Mayo para repudiar al FMI y apoyar al Gobierno fue la máxima expresión de respaldo a la decisión de no utilizar las reservas del Banco Central para cancelar un vencimiento con el organismo. La sugerencia partió de dirigentes con escaso peso político en la escena nacional, como el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, y el candidato a diputado bonaerense por Izquierda Unida Juan Carlos Giordano, pero no dejó de despertar fantasías en la Casa Rosada. De todos modos, en ese ámbito ayer prefirieron resaltar los llamados de varios presidentes latinoamericanos y la contundente declaración de apoyo de las bancadas justicialistas.
El primero en comunicarse fue el presidente chileno, Ricardo Lagos, quien le expresó a Néstor Kirchner su “solidaridad” ante la difícil negociación con el FMI. Luego llegaron los contactos con los mandatarios de México, Vicente Fox; de Colombia, Alvaro Uribe; de Perú, Alejandro Toledo, y finalmente volvió a llamar Lagos para conocer las últimas novedades. La explicación en todos los casos fue que las exigencias de Washington son inaceptables y que si se pagara, el acuerdo se demoraría indefinidamente. “Si pagáramos se tomarían todo el tiempo del mundo para revisar cada coma”, señaló a este diario un informante oficial.
Otros llamados que el Gobierno suponía que recibiría durante el día y finalmente no llegaron fueron los de Lula da Silva, Hugo Chávez y Fidel Castro. Pero Brasil hizo saber que su ministro de Hacienda, Antonio Palocci, estaba dispuesto a interceder personalmente ante el FMI.
Por otra parte, el Gobierno midió la reacción empresaria y el comportamiento de las variables financieras. En ambos casos el resultado fue satisfactorio. La opinión mayoritaria entre los empresarios es que la decisión de no cubrir el vencimiento con el FMI fue una instancia más de la negociación, en lugar de una declaración de default con los organismos financieros. Por ahora existe el convencimiento de que el acuerdo finalmente será alcanzado, más allá de las tensiones que emerjan en el camino. Que el dólar se haya mantenido en los valores de las últimas semanas, con una suba mínima de un centavo, hasta 2,94/2,97, es un reflejo de esa interpretación. También existe consenso en que es lógico privilegiar la recuperación de la economía antes que comprometerse a un ajuste fiscal todavía más fuerte.
Una de las pocas voces disonantes fue la de Ricardo López Murphy. Sostuvo que la actitud del Gobierno “genera incertidumbre y un problema más hacia adelante”. “Lamento que nos enteremos hoy (del estado de las negociaciones). Me hubiera gustado que le avisaran al país con más tiempo que teníamos dificultades, y no el último día”, se quejó.
En cambio, los jefes peronistas en el Congreso fueron a la Casa Rosada a manifestar su respaldo. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, y el titular del bloque de senadores del PJ, Miguel Angel Picheto, elogiaron la posición de “firmeza y dignidad del Presidente”. Afirmaron que “es fundamental lograr un acuerdo con el Fondo que sea cumplible” y agregaron que “se debe evitar la firma de un compromiso que agrave la situación económica y social de la Argentina”. Por su parte, el titular de la bancada de diputados, el duhaldista José María Díaz Bancalari, sostuvo que “la Argentina no se niega a respetar sus compromisos internacionales. Está negociando con dignidad para evitarle al pueblo males mayores. El peor default es el hambre y la desocupación”.
Desde la oposición, la líder del ARI, Elisa Carrió, respaldó la tarea del Gobierno y dijo que “hubo un avance en el ala política al ser más respetuosa con el ministro de Economía, Roberto Lavagna”. En tanto, Patricia Bullrich afirmó que “es necesario darle al Presidente todo el respaldo” y recalcó que “no puede haber lugar para la especulación política de quienes juegan al fracaso”, diferenciándose de su referente, López Murphy.