La candidata a gobernadora bonaerense por Cambiemos, María Eugenia Vidal, recorrió a bordo de una combi tres localidades del conurbano, adonde llevó los clásicos globos de colores del PRO, en lo que fue su cierre de campaña. De visita en Pilar, Ramos Mejía y Quilmes, la vicejefa de Gobierno porteño agitó el fantasma de un posible fraude: “Estamos alerta, vamos a tener fiscales en cada mesa y vamos a denunciar cualquier irregularidad”, dijo. Además recordó que “en provincia no hay ballottage” por lo que pidió un “voto consciente” de que “Cambiemos es la fuerza más competitiva para ganarle al oficialismo”. Junto a su compañero de fórmula, el radical Daniel Salvador, Vidal desembarcó en la tradicional peatonal Rivadavia de Quilmes, ciudad que vio nacer políticamente a su principal adversario para la gobernación, el candidato del FpV Aníbal Fernández. Allí, militantes del PRO encabezados por el chef Martiniano Molina, candidato a intendente de Cambiemos, recibieron a Vidal con el cantito “a la morsa le vamos a ganar”. “Como no he sido parte del sistema que gobernó la provincia durante 28 años, tengo el coraje y el equipo para hacer los cambios que hagan falta”, apuntó Vidal en su recorrida, que incluyó una parada en Pilar y otra en Ramos Mejía.