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Todos los consultores coinciden en que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se va bien, con alta imagen positiva. “Si lo que se discute es dónde se va a hacer el traspaso, es que se va bien”, sintetiza Manuel Mora y Araujo. “La Presidenta se retira con un alto nivel de imagen positiva y sobre todo con una vigente capacidad para movilizar identificaciones emocionales e ideológicas en un sector importante de la sociedad”, señala Ignacio Ramírez. Si bien el FpV deberá formular revisiones y correcciones para desandar la derrota, sus dos figuras principales (Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Scioli) cierran el año con un alto capital político. Asimismo, alrededor de un 25 por ciento de los argentinos se declara kirchnerista, lo cual da cuenta de la cristalización de una identidad política seguirá siendo central durante los próximos años”.

“CFK termina su mandato con una imagen positiva significativa, 48,9 por ciento –sostiene Roberto Bacman–. Mucha agua ha corrido bajo el puente, especialmente tras doce años de gestión. A pesar de ello, que CFK deje el gobierno con una imagen positiva cercana al cincuenta por ciento, no es un dato menor. Podríamos decir que CFK se va por la puerta de la casa de gobierno de una manera digna y positiva, logrando evitar el síndrome del pato rengo”. 

Para Ricardo Rouvier, “la Presidenta se va con un nivel de popularidad. En este caso, a diferencia del espacio de Macri, la expectativa es entusiasta por parte del kirchnerismo en relación a la valoración de esta etapa significativa de la Argentina contemporánea, y esto abre, sin duda, una esperanza de retorno de CFK. Cualquier análisis objetivo no puede negar que la actual Presidenta sigue siendo el principal actor político del peronismo/kirchnerismo, y en gran medida la dinámica del escenario político depende de la posición de los sectores ante su figura”.

“Cristina se va con popularidad muy alta –concluye Artemio López–. Está claro que esa popularidad reside en la mitad de los ciudadanos, aquellos que acompañaron al FpV en el ballottage, lo que es suficiente para alcanzar el 50 por ciento de imagen positiva, un record absoluto para un presidente tras dos mandatos consecutivos”. “Cristina Kirchner deja su mandato con los apoyos de su último período –dice Analía Del franco–. Esos apoyos se concentran en el electorado que ha votado a Scioli en esta última elección y es la contracara del nuevo gobierno. De esta manera en el imaginario tanto para cercanos como opositores al kirchnerismo”.