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Los grandes contratistas de obras públicas prefirieron esquivar las denuncias de Roberto Lavagna sobre los manejos cartelizados de las empresas del sector para cobrarle sobreprecios al Estado. Y destacaron el hecho de que las acusaciones del ministro de Economía no fueron convalidadas por el presidente Kirchner, dejando en claro que, en la interna del gabinete, el sector apoya al ministro de Planificación, Julio De Vido, de quien dependen las licitaciones de las obras públicas.
El vice de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Diego Buraco, aseguró desconocer “qué motivos” llevaron a Lavagna a advertir sobre la existencia de acuerdos entre las empresas constructoras para estafar al Estado. Si bien dijo compartir “absolutamente” la preocupación del funcionario, expresó que “es difícil pensar en un esquema de sobrecostos cuando hay licitaciones públicas con más de 80 o 100 empresas interviniendo permanentemente”.
Consultado sobre si hay un selecto grupo de empresas que suelen unirse para facturar sobreprecios en las obras viales, contestó: “No creo, porque en Vialidad Nacional debe haber alrededor de ochenta empresas que cotizan habitualmente, así que no podría darse un escenario reducido”. “Por eso no entendemos bien cuáles son los motivos que indujeron al ministro (Lavagna) a tener dudas sobre este aspecto”, agregó.
El martes, al disertar en la convención anual de la CAC, Lavagna había denunciado “cierto grado de cartelización” en las licitaciones de obras públicas y precisó que ya había una investigación abierta por obras de vialidad tanto en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia como en el Banco Mundial, que financia parte de esas obras de infraestructura.
Buraco reconoció que los dichos del ministro no sorprendieron a los constructores. “Son palabras que ya conocíamos, él ya nos había manifestado con anterioridad su preocupación por este tema de la cartelización de precios”, reveló.
Sin embargo, el representante de la CAC evitó el choque frontal con el ministro, y como si fuera un hábil dirigente político prefirió apuntar hacia otro lado. “Es una preocupación que la Cámara comparte absolutamente, como también las autoridades del Ministerio de Planificación (a cargo de Julio De Vido), todos lo compartimos, son prácticas que hay que desterrar de una vez por todas si existieran”, aseguró.
Por si quedaban dudas, Buraco insistió con limpiar de toda sospecha al ministerio de De Vido. “Todas las prácticas de corrupción son preocupación permanente tanto del Ministerio de Economía como del Ministerio de Planificación, porque todas estas cosas traban los planes.
Estamos en vísperas de una inversión inédita en infraestructura y sospechas de este tenor, que no queden debidamente aclaradas, pueden demorar o disminuir el ritmo de los trabajos”, afirmó.