“Ellos tenían dos propuestas: la primera era que les cubrieran el descuento de Ganancias con tickets –señala el cura Juan Carlos Molina, que actuó de intermediario en la negociación entre petroleros y empresas–. La otra era que la empresa les diera una especie de préstamo y que recién les descontara el impuesto con el aguinaldo. Ambas ideas fueron muy discutidas por la operadora (Repsol), pero el problema era que se trataba de una ley nacional. Este fue el punto que atrasó el acuerdo. Al final se llegó a la conclusión de esperar hasta abril.

–¿Habló con Tomada, De Vido y el Presidente?

–Hablé con varios funcionarios del gobierno nacional (sonríe). Ellos se interesaron por la situación que fui presentando en cada uno de los puntos. El Presidente estaba preocupado. Yo lo conozco personalmente desde que era gobernador. Tengo buena relación.

–¿Por qué Repsol no aceptaba sentarse con los delegados?

–Porque estaban fuera del gremio.

–¿Qué garantías hay de que el acuerdo se cumpla?

–Tenemos promesas firmadas por Tomada. Los petroleros se quedaron con el fax. Y el Ministerio de Trabajo de Caleta Olivia los tiene que citar para concretar el encuadramiento en petroleros. Todos nos comprometimos a quedar a disposición de la Justicia. Nadie se va del pueblo. Ellos repudiaron la violencia y el asesinato.