“El juicio político a Aníbal Ibarra es la parodia que ofende el sentido común de todos”, dijo ayer Luis D’Elía, poco antes de asumir como subsecretario de Tierras para el Hábitat Social. Fue una contundente señal de apoyo al suspendido jefe de Gobierno. “El Gobierno empieza a recorrer los caminos de la distribución de la renta nacional”, dijo en una muestra de optimismo, no exenta de cierto tono épico. Estaba rodeado de su familia, sus compañeros de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) –que con sus cantitos alteraron el clima habitual del Ministerio de Planificación– y de algunos funcionarios del Ejecutivo: el anfitrión, el ministro Julio De Vido; su par de Desarrollo Social, Juan Carlos Nadalich; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el titular de la SIDE, Héctor Icazuriaga, y el secretario de Obras Públicas, José López. Aunque no fue el único miembro del gabinete que no asistió a la jura, la ausencia del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, no sorprendió a nadie. Fernández no tiene buena relación con D’Elía. Tampoco con De Vido. Tras tomarle la jura a su subalterno, el ministro hizo un breve discurso. “No somos ni una familia ni un club de amigos, somos un equipo de trabajo al servicio de un proyecto de país diferente. Hay que poder avanzar y penetrar en el territorio nacional, más allá de la General Paz”, dijo De Vido. Mientras hablaban los oradores, en el acto se escucharon las consignas de la FTV. “Y ya lo ve/ y ya lo ve/ a Kirchner lo banca la FTV”, era uno. “Y ya lo ve/ y ya lo ve/ es para Duhalde que lo mira por tevé”, se escuchó también. El ex presidente fue uno de los dirigentes que más criticó la llegada al Gobierno de piqueteros o de dirigentes de organizaciones de desocupados. “Voy a poner mucho empeño en que muchos puedan acceder a la propiedad sin distinción ninguna”, prometió D’Elía.