La Iglesia argentina se mostró mucho más cauta en cuanto a la posibilidad de interceder en el conflicto por las papeleras que la uruguaya, que por boca del titular de la Conferencia Episcopal, Pablo Galimberti, llegó incluso a formular una propuesta con el afán de acercar posiciones entre las partes: que la Argentina y Uruguay concurran “juntos como hermanos” a la Corte de La Haya. A las declaraciones de ese prelado se sumaron las del obispo la localidad uruguaya de Mercedes, Carlos Collazi, quien aseguró que las autoridades eclesiásticas de ese país están “más que disponibles para ser instrumentos de diálogo”. Desde esta orilla, en cambio, su par de Gualeguaychú, Jorge Lozano, aclaró que no asumieron el compromiso de mediar en la disputa y advirtió que la Iglesia “no reemplaza a la Cancillería o al Poder Ejecutivo”.

La posibilidad de que los obispos argentinos y uruguayos realicen una gestión por las papeleras sigue latente, pero ayer no hubo hechos concretos en esa dirección. En la Casa Rosada evalúan que así podría llegar a encontrarse una salida al conflicto y tratan de avanzar en un acuerdo con el Frente Amplio uruguayo que habilite las gestiones de la Iglesia.

Como adelantó ayer Página/12, lo que se busca del lado argentino es reeditar el escenario del acuerdo al que habían arribado Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez en Santiago de Chile. Los obispos tendrían la tarea de interceder ante la empresa Botnia para que suspenda la construcción de su planta durante 90 días y también ante los entrerrianos para que terminen con los cortes de ruta. Esas eran las condiciones fijadas para el diálogo entre ambos presidentes y la realización de un estudio de impacto ambiental.

Galimberti se mostró proclive a terciar en la disputa y su palabra sobresalió por tratarse de la máxima autoridad eclesiástica de Uruguay. No habló de hacer gestiones ante las empresas y los vecinos de Entre Ríos, sino que hizo otra propuesta: “En lugar de que los dos gobiernos vayan a La Haya, cada uno por su lado a reclamar en forma individual una intervención de este alto tribunal internacional, por qué no van los dos juntos como hermanos que tienen una diferencia”.

El titular del Episcopado uruguayo contó que esa idea se la “hicieron llegar un grupo de políticos que no pertenecen a un solo partido”. No los identificó, como tampoco precisó qué sentido tiene que la Argentina y Uruguay concurran de forma conjunta a un tribunal, si lo que deben es dirimir una disputa que justamente mantienen. El prelado valoró el gesto de Kirchner de alentar la intervención de la Iglesia y también defendió a Vázquez frente a las críticas que recibió por la continuidad de las obras de Botnia. “No entienden –dijo– que se respetaron protocolos, decisiones, y que se heredan decisiones de gobiernos anteriores.”

Collazi hizo declaraciones en sintonía con las de Galimberti. “Estamos más que disponibles para ser instrumentos de diálogo”, afirmó, además de destacar que las relaciones entre los religiosos de ambos países son “excelentes”. El obispo de Mercedes –diócesis que incluye a Fray Bentos, donde se construyen las papeleras– aclaró, de todos modos, que “todavía nadie” los convocó para una mediación.

Lozano, desde Gualeguaychú, relativizó lo que puede llegar a hacer la Iglesia en el marco del conflicto. “Lo que sí estamos haciendo es tratando de alentar toda iniciativa de diálogo, buscar el entendimiento y fomentar la fraternidad entre los pueblos”, manifestó.