Néstor Kirchner está enojado. Intentó disimularlo pero ayer se decidió a hacerlo público. La irrupción de Roberto Lavagna para instalar su candidatura presidencial fue una patada en el avispero político. Y especialmente en el corazón del Gobierno.

¿Qué dijo el ex ministro de Economía? Básicamente marcó diferencias sin medias tintas a través de sendos reportajes en Perfil y La Nación. “Ahora parece que no somos tan plurales”, ironizó sobre la prédica oficial. Y el Presidente entonces se decidió a cruzarlo.

No fue la única mojada de oreja de Lavagna. Le achacó, además, “una escasísima autonomía” a los funcionarios y se quejó de cómo varios de éstos –Luis D’Elía y Jorge Ceballos, entre otros– salieron a criticarlo al unísono. Es como si alguien hubiera “apretado un botón” y se hubiera producido una “reacción en comparsa”, dijo. “Una sociedad que funciona a base de enojos funciona mal.”

También alertó sobre la presunta intención del oficialismo de “querer imponer un pensamiento ‘único’ porque eso no le va a hacer bien a la economía argentina”. Al respecto, recomendó: “La economía argentina está hipersólida pero hay que cuidarla”.