Jueves, 3 de agosto de 2006 | Hoy
- Hermes Binner, Partido Socialista: “Siempre nos hemos sentido muy controlados, lo cual es fundamental para el ejercicio de la democracia. Sólo hubo una excepción en diciembre de 2001. Esto no es Suiza ni Canadá, al Presidente hay que ponerle límite”.
- José María Díaz Bancalari (Peronismo Federal): “Creo que la oposición ante una debilidad intrínseca, ante la imposibilidad organizativa, demoniza al poder para ocultar sus defectos”.
- Jorge Vanossi, PRO: “Con esta medida estamos creando un estado de sitio permanente en materia económica y financiera”.
- Jorge Sarghini, Justicialista Nacional: “Administrar no es modificar el Presupuesto que ha aprobado el Congreso. Con dolor digo que es falso que para administrar se necesita esta flexibilidad, ya la hay en las normas que existen”.
- Mauricio Macri, PRO: “Cuando ustedes voten afirmativamente este proyecto tendrán un pico y una pala con la que van a cavar la fosa de la institucionalidad argentina”.
- Claudio Lozano, CTA: “Es mentira que el Parlamento puede controlar. En 2004 hubo recursos por 13 mil millones, y en 2006 hay disponibles 9 mil millones de pesos adicionales por encima de lo presupuestado. Nos dicen que esto es porque hacen estimaciones prudentes, pero a esta altura del año tendríamos que recibir la ampliación del presupuesto para definir en qué gastarlo. Esto no es prudencia, es un manejo de caja, ¿dónde queda el control del Parlamento? Treinta y cuatro mil millones en estos tres años no pasaron por nuestra decisión (...) Pero hoy nosotros no tenemos consenso social para ponerle freno”.
- Adrián Pérez, ARI: “Convierten en Presupuesto en una expresión de deseos que el Jefe de Gabinete manejará a su antojo. Lo grave es que estamos otorgando esto a perpetuidad, hoy con el mismo argumento que usó (Domingo) Cavallo, que se trata de un funcionario virtuoso que necesita superpoderes. Nos queda la facultad de controlar, nos dicen. Gracias, pero la comisión revisora mixta de cuentas (del Congreso) lo último que hizo es aprobar el presupuesto de 1997. La voracidad del poder del oficialismo convierte lo excepcional en regla, se gobierna por DNU, y delegación de facultades es norma que debería ser excepcional por una emergencia.
- Carlos Snopek, (FPV): “Jamás en la historia este Congreso ha hecho uso de esa potestad de cambiar en el Presupuesto la finalidad o la función del gasto; por ahí alguna que otra obra pública, que se ha ido incorporando o algo que tiene que ver con las universidades pero de allí a decir que perjudica la República es demasiado. Peligra la República cuando no se sabe gobernar”.
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