Sandra Montero, la ex secretaria del ex senador justicialista Remo Costanzo, admitió que “charló” sobre las coimas que habrían recibido varios senadores –para aprobar la ley de reforma laboral durante el gobierno aliancista– con los ex choferes de dos de los legisladores involucrados en la causa: Osvaldo López, del propio Costanzo, y Ramón Robledo, encargado de trasladar al ex senador Alberto Tell. El reconocimiento dio mayor fuerza a las versiones sobre la existencia de videos, realizados en forma oculta por la propia Montero a los choferes. Aunque se desconoce si las supuestas grabaciones ya están en manos del juez Daniel Rafecas o las habría guardado la ahora testigo protegida para ratificar sus dichos ante la Justicia.

En la versión en video de la entrevista que concedió al diario Río Negro –que fue emitida ayer por Telenoche– Montero se mostró junto al arrepentido Mario Pontaquarto, con quien repasó los días previos y posteriores a la sanción de la ley en febrero de 2000 y del reparto de cinco millones de dólares que el gobierno de Fernando de la Rúa habría pagado como coimas para su aprobación. Sin embargo, uno de los puntos salientes del reportaje fue la confirmación de las charlas que Montero tuvo con los choferes López y Robledo, antes de presentarse en la Justicia federal para denunciar la plata que habría recibido su ex jefe por levantar la mano en favor de la reforma laboral.

La existencia o no de los videos –que confirmarían no sólo los dichos de Montero sino también los movimientos que habrían realizado los ex senadores para cobrar las supuestas coimas– era uno de los trascendidos de las últimas horas. “Qué fallido”, dijo el abogado de Montero, Roberto Ribas, en una entrevista radial antes de negar que hubiera dejado los videos a un empleado del juzgado de Rafecas, como lo había dicho apenas unos segundos antes y explicar que en realidad hablaba de “las agendas y cuadernos” que sí entregó al juez.

“No sé. Lo dijo el abogado de ella: que hay una cámara hecha”, reveló Pontaquarto a Página/12 en una entrevista publicada el sábado pasado, ante la pregunta de si existían cámaras que rubricaran los dichos de la ex secretaria de Costanzo.

Montero también ratificó ayer lo que le contó a Rafecas en su declaración. Aseguró que no lo había hecho antes porque “(Carlos) Liporace (el anterior juez de la causa) no me dio seguridad” y porque en los despachos de los propios senadores involucrados se afirmaba que “estaba arreglado para no comprometerlos”. Aunque la ex secretaria dijo que Costanzo sólo admitió ante ella la participación en “las coimas” de “un amigo”, que después de dudar unos instantes terminó por revelar ante las cámaras: “Alasino”, por Augusto, el ex senador involucrado en la causa.

La mujer volvió a relatar su charlas con Martín Fraga Martínez, el ex secretario de Costanzo y uno de los sindicados como “el repartidor” del dinero de las coimas. “Fuimos a la confitería cerca del Senado y en una mesa pegadita a la barra, Martín me dijo: ‘Mirá, realmente habrá un arreglo para que se apruebe la ley y Remo va a estar adentro’.” Montero insistió en que sus charlas con Fraga Martínez también le costaron una amenaza de muerte de parte de Costanzo: “No se te ocurra hablar porque te juro que te mato”, le habría dicho el ex senador.

En otra parte de la entrevista emitida ayer, Montero contó que actuó como correo personal de Costanzo con otros senadores, cuando entre sus preocupaciones estaba calmar a Palito Ortega y hacer callar a Antonio Cafiero por la trascendencia pública que le daban al caso.