“La jerarquía de la Iglesia tiene aún pendiente su propia elaboración del pasado reciente. Aún debe revisar la responsabilidad que tuvo no sólo en no evitar el horror, sino incluso en fundamentarlo ideológica y teológicamente.” El llamado de atención forma parte de un documento que presentó ayer la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, a las puertas del juicio oral –que comienza el jueves– contra el ex capellán de la policía bonaerense Christian von Wernich, acusado de siete homicidios calificados y 45 secuestros, además de torturas, durante la última dictadura.

El documento fue firmado por el obispo Miguel Hesayne, la hermana Martha Pelloni, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el fiscal Hugo Cañón, el pastor Aldo Etchegoyen y Laura Conte, entre otros. “De ninguna manera este juicio puede interpretarse como una ofensa a la Iglesia Católica. En todo caso, abre una puerta al cumplimiento del precepto evangélico: hay que tener ‘hambre y sed de justicia’. Y es sobre todo una oportunidad histórica para profundizar la reflexión y autocrítica sobre su propio rol durante los años de la dictadura militar”, proclamaron.

La comisión señaló la “enorme gravedad institucional” que implica que “a nueve meses de la desaparición de Julio López, y en vísperas del comienzo de un nuevo juicio penal, no existan datos ni pistas certeras sobre su destino”. Respaldó la creación (desde el Poder Ejecutivo) del Programa Memoria, Verdad y Justicia, a cargo de Marcelo Saín, aunque reclamó que articule cuanto antes “mecanismos idóneos para que cesen las amenazas e intimidaciones” a testigos. Mostró también preocupación por la falta de recursos en los tribunales y juzgados que investigan crímenes de lesa humanidad.