–¿Cómo cree que será la política exterior de Cristina?

–Hay hechos positivos del Gobierno: la relación con Brasil me parece sustancial. Esto no significa pelearse con Venezuela. En la economía argentina, hay cada vez más empresas brasileñas que se están hospedando.

–¿Y la relación con Uruguay?

–Menos mal que somos países desarmados, porque... en otro tiempo hubiera sido terrible.

–¿Cómo piensa que se puede resolver?

–La solución es el diálogo, como siempre. Giustiniani y yo presentamos un proyecto vinculado a la constitución de entes biparlamentarios de los dos países. Algo similar a como fue la solución del conflicto con Chile por el tema de los hielos. Tenemos que sentarnos a tomar mate uruguayos y argentinos y resolver el problema. Son situaciones graves. Los puentes internacionales no se pueden cortar.

–¿El Gobierno no debería permitirlo?

–Yo creo que no debería alentarlos.

–¿Qué piensa sobre la decisión de Uruguay de cerrar las fronteras para impedir las protestas?

–Cerraron un par de días y nosotros hace un año que las tenemos cerradas. Estamos en la misma. La gravedad es la misma, ya sea un día o un año.