El diputado kirchnerista Carlos Kunkel aseguró ayer que “sería una arbitrariedad” que el Vaticano no aceptara la designación del ex ministro Alberto Iribarne como embajador argentino. Ante los rumores que afirman que la Santa Sede se opondría a concederle el placet diplomático al ex ministro de Justicia por tratarse de un hombre divorciado, Kunkel destacó que Iribarne “ha sido católico toda la vida” y que, por lo tanto, el gobierno argentino “no está enviando a alguien irritante” para la Iglesia Católica. Añadió que sería “muy doloroso” que se cuestione a Iribarne por ser divorciado cuando el cura Christian von Wernich, condenado por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, sigue “teniendo estado sacerdotal”. Según consignan las agencias noticiosas, los vaticanistas aseguran que “no existen normas específicas y nada ni nadie obliga al Vaticano a dar explicaciones sobre las razones por las que no otorga un beneplácito”. De confirmarse, la negativa eclesiástica no sería la primera: por caso, en 2002 Colombia tuvo que retirar la propuesta como embajador de Enrique Vargas Lleras, objetado por un matrimonio anterior de su esposa. Otro caso famoso data de 1987, cuando el embajador de España, Gonzalo Puente Ojea, terminó renunciando porque se estaba divorciando y convivía con otra mujer.