El fiscal federal de Chaco Carlos Flores Leyes renunció a su cargo para evitar el jury por el que caminaba hacia la destitución, por haber estado presente en las torturas y por su complicidad con la masacre de Margarita Belén, como se conoce el fusilamiento de presos políticos que ocurrió en diciembre de 1976. El procurador general de la Nación, Esteban Ri-ghi, le aceptó la renuncia, al igual que lo había hecho con otro de los funcionarios judiciales acusados por su complicidad con la masacre: Roberto Mazzoni. No obstante, Righi destacó en la resolución en la que le aceptó la dimisión que “a los efectos de averiguar la verdad de lo ocurrido en relación con las gravísima imputaciones que recaen sobre el doctor Flores Leyes, debe dejarse sentado que en esta Procuración General se labraron las correspondientes actuaciones administrativas”. El procurador destacó que envió copa del expediente a la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las causas por violaciones a los derechos humanos durante el terrorismo de Estado. Flores Leyes también seguirá siendo investigado en la causa por la masacre de los presos políticos. Mirta Clara, la esposa de Néstor Sala, uno de los fusilados en Margarita Belén, reclamó a Righi por haber aceptado la renuncia. “Hay una contradicción entre lo expresado por Presidenta el 10 de diciembre de 2007 de agilizar las causas de crímenes de lesa humanidad y lo que usted efectúa”, consideró en un escrito que presentó al procurador.