Tras más de un mes de conflicto, el Ministerio de Educación de la ciudad pasó de los gestos de dureza a mostrar alguna flexibilidad. En el marco de una conferencia de prensa ofrecida ayer a la tarde, el responsable de la cartera porteña, Mariano Narodowski, anunció que extenderá por un mes más el período de reconsideración, que finalizaba hoy a las 18, de los pedidos de becas de los estudiantes secundarios de la ciudad. “Todos estudiante que verdaderamente la necesite, obtendrá la ayuda del gobierno porque la plata está”, afirmó. Además, se presentará a la Comisión de Educación de la Legislatura porteña, luego de que miembros de ese cuerpo presentaran un pedido de interpelación para que el ministro brinde explicaciones en relación al recorte de los beneficios.

A primera hora de ayer, las escuelas secundarias que se encontraban tomadas por sus alumnos eran ocho, ya que de la lista de establecimientos que permanecía en esa situación hasta la medianoche del miércoles se habían borrado el Normal Nº 1, el Nº 8 y el Carlos Pellegrini. Sin embargo, el ambiente de organización generalizada entre los estudiantes no mermaba e incluso parecía haberse avivado luego de las declaraciones que Narodowski realizó a media tarde ante la prensa.

Si bien los estudiantes de cada escuela decidirían en asamblea particular si continuaban o no con las tomas, representantes de todos los establecimientos acordaron en una reunión que mantuvieron en la escuela Mariano Acosta –donde puede localizarse el epicentro del conflicto– marchar, a partir de las 13 de hoy, desde el Congreso hasta la Jefatura de Gabinete y luego llegar hasta el Ministerio de Educación porteño, donde presentarán una lista con la totalidad de los chicos que no recibieron las becas y solicitarán a Narodowski “que dé la cara”. “Nos tiene que dar una respuesta, sino la lucha sigue”, remarcó Malena, miembro del centro de estudiantes de la Escuela de Cerámica, de Almagro.

Por su parte, desde la cartera educativa porteña la respuesta fue clara: “Estamos implementando un nuevo sistema de becas que es más justo, porque triplicamos y en algunos casos cuadruplicamos el monto de cada una, y más transparente porque eliminamos toda intermediación entre las familias y el gobierno, con lo cual ahora los padres sólo deben acercarse al Banco Ciudad y sólo con el documento de identidad cobran el beneficio”, explicó el ministro, refiriéndose al incremento aplicado en los beneficios. De 200 pesos que percibían por año los becados, ahora recibieron entre 600 y 800.

No obstante, sólo se vieron beneficiados cerca de la mitad de los chicos que completaron el formulario para percibir la ayuda, de carácter anual. En total, de casi 60 mil solicitudes, el gobierno porteño sólo puso el visto bueno en 30 mil. El resto fue denegado en base a criterios como sueldos percibidos de ambos padres, situación de alquiler o propiedad de la vivienda y cantidad de hermanos por estudiante, entre otros. El formulario es la principal herramienta que el ministerio utiliza a la hora de la asignación del dinero. Narodowski prometió “para el mes de septiembre” implementar los estudios socioambientales sobre “solo una muestra de casos”, 4 mil.

Mientras tanto, los rechazados “tuvieron la oportunidad” de presentar su reclamo al gobierno porteño durante el período de revisión, que teóricamente culminaba hoy a las 18 pero que “decidimos estirar un mes mas”, sostuvo Narodowski. Durante ese lapso, los padres tienen que presentar un pedido de reconsideración “que se analizará debidamente, tal como sucedió con los pocos que lo hicieron hasta ahora”, señaló. Según sus cálculos, de los casos reconsiderados, surgieron 886 casos a los que se les dio lugar y cobrarán el beneficio.

Aun así, los reconsiderados –casi 900 de 30 mil becas que este año no se entregaron– sigue siendo muy pocos. “Muchos chicos no pudieron aprovechar el período de reconsideración porque, al estar sus escuelas tomadas, no había personal que tomara el reclamo”, justificó el ministro.

En tanto, su postura frente a la medida de fuerza adoptada por los estudiantes –que, en la mayoría de los colegios es respaldada por los padres y algunos profesores– fue de amplio rechazo. “Sobre las tomas no se negocia. No es una protesta válida y de ninguna manera vamos a permitir que se soslaye el derecho a la educación”, sentenció. Asimismo aseguró que se trata de “grupos reducidos de chicos que están ocupando los establecimientos, poniéndose ellos mismos y a los demás estudiantes en situación de vulnerabilidad personal y maltratando al edificio”.

Según su análisis, la expansión del fenómeno –en un principio fueron dos colegios, pero llegaron a ser 13 de los días más críticos– se debe a “una postura que se arrastraba desde la gestión anterior, cuando prácticamente se estimulaba a los chicos a realizar una toma”, en referencia a la normativa en ese tiempo vigente que obligaba a los directivos a permanecer con los chicos de forma permanente mientras durase la medida de fuerza.

En cambio, las órdenes de la gestión actual instaron a los directivos y docentes a abandonar el edificio de las escuelas en toma y a elaborar listados de los chicos participantes “con el único objetivo de poder ubicar a sus padres y solicitarles que los retirasen del establecimiento”, apuntó el ministro. Fue esa actitud en particular la que sembró las críticas más duras entre los miembros de la Legislatura. Allí se presentará Narodowski esta mañana para dar explicaciones sobre el conflicto, luego de que varios bloques, por separado, solicitaran su presencia en el ámbito.

Por su parte, el plenario del Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes decidió en reunión de plenario citar al ministro porteño para que acuda a una reunión la semana que viene y se expida sobre la situación.

Informe: Ailín Bullentini