Son cinco mujeres de entre 18 y 22 años, y una de ellas está embarazada de cinco meses. Fueron reclutadas en la ciudad de Santa Fe, supuestamente para trabajar como empleadas turísticas en el denominado circuito gauchesco de Carmen de Areco, provincia de Buenos Aires. La promesa laboral era sólo un engaño y las jóvenes fueron obligadas a prostituirse en un “local bailable” de la ruta 51. Ayer, la policía encontró a estas víctimas atadas y en condiciones de completo hacinamiento en el sótano del negocio. En el allanamiento policial, se encontraron, además, en manos de los propietarios de “La casa de Marisa”, los documentos de identidad de las mujeres, cocaína, elementos cortantes y agendas electrónicas con anotaciones de interés para la causa judicial.

Ayer a la madrugada, en las afueras de la localidad bonaerense de Carmen de Areco, cerca del cruce de las rutas 51 y 7, fueron encontradas las cinco mujeres encerradas en el subsuelo del local “La casa de Marisa”. Jóvenes, de poco más de 20 años, vivían en barrios pobres de la provincia de Santa Fe y algunas eran inmigrantes de países limítrofes. Todas fueron esclavizadas por los propietarios del “bailable” bajo amenaza de muerte. En el operativo policial, realizado por uniformados de la División Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales, fueron detenidas dos mujeres. Según fuentes de la Federal, “desde hace 30 días los detectives de la División investigaban a la jefa de la organización, una ciudadana argentina, que en complicidad con otras reclutaba mujeres jóvenes en la ciudad de Santa Fe llevándolas bajo engaños de ofrecerles una vida mejor en Carmen de Areco”. A las jóvenes les prometían albergue y trabajo rural, principalmente en labores para el circuito turístico gauchesco del noroeste de la provincia de Buenos Aires.

Pero cuando las mujeres llegaban a destino, el modus operandi de los propietarios del local era esclavista. Primero y “para doblegar su voluntad”, las encerraban en pequeños cubículos enrejados y les quitaban los documentos de identidad. Una vez encarceladas en los boxes del sótano en condiciones precarias y de hacinamiento, eran sacadas a la noche, exhibidas y prostituidas en la parte superior de “La casa de Marisa”.

Voceros policiales aseguraron que las jóvenes “se encontraban bajo explotación sexual contra su voluntad y engañadas de la actividad a desarrollar. Entre ellas se encontraba una mujer de 21 años que está embarazada en su quinto mes de gestación”. En el allanamiento también se secuestró “la documentación correspondiente a las víctimas, 350 envoltorios con cocaína y otros elementos de interés para la causa: elementos cortantes, profilácticos y agendas”.

El operativo policial se cumplió por disposición del Juzgado Federal de Primera Instancia de la ciudad de Mercedes, a cargo de Héctor Echave, e intervino en el caso la Secretaría número 4. También, colaboraron en el procedimiento para dar con las chicas efectivos de la Dirección Nacional de Migraciones y de la oficina de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación. Esto es porque la banda santafesina-bonaerense privaba de la libertad a las mujeres, las obligaba a vivir encerradas en alojamientos enrejados por dentro y por fuera, donde permanecían para comer y dormir, y a la noche eran esclavas sexuales de los clientes que concurrían al local.