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“Vinieron del gobierno (de la ciudad), pero lo que digan no me interesa, yo estoy pegado a la puerta con mi mujer para saber cómo está mi hija.” Las palabras fueron pronunciadas ayer por Adrián Morales, el padre de la nena que el martes pasado fue intervenida quirúrgicamente luego de que se le cayera la rama de un árbol mientras jugaba en una plaza del barrio porteño de Almagro. Frente al edificio del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, donde está internada su hija, el hombre también se refirió a la salud de Zahira: “Está mejor”, “estable”, pero “cuando salgamos de acá, porque mi hija va a salir caminando, pediré explicaciones de lo que pasó”.

Bárbara Lecaditto, madre de la pequeña Zahira, por su parte consideró que “hay que tomar medidas para que (estos accidentes) no ocurran nunca más”, pero sostuvo que en este momento no está en condiciones “de echar culpas a nadie”. Porque, “hoy (por ayer) estoy ciento por ciento dedicada a la salud de mi hija”, aclaró la mujer.

“Le hablo todo el tiempo, le canto, le hago masajes y ella apretó mi mano”, dijo Lecaditto y señaló que le pide a su hija “que la pelee, que no me baje los brazos, que la necesito”. La mujer aseguró que “los médicos son ciento por ciento optimistas” respecto de la recuperación de Zahira y señaló que ayer “le empezaron a dar leche, hoy también, y la toleró bien”.

Zahira fue operada de urgencia en el hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, luego de que cayera sobre su cabeza la rama de un plátano en la plaza Almagro (Sarmiento al 3700). Producto del golpe, la nena sufrió un traumatismo de cráneo con fractura y hundimiento fronto-parietal expuesta.

Al cierre de esta edición, la madre de la niña, explicó que los médicos “van a tratar de bajarle la medicación para que se vaya despertando del coma y por eso mismo intentar sacarle de a poquito el respirador”. La mujer dijo que su hija “está estable” y agradeció a la gente que reza por la salud de la niña. “Empecé otra vez a rezar y a creer en Dios”, dijo Lecaditto, y agradeció “eternamente a toda la gente que está rezando según la creencia y religión que tenga” y pidió “que lo sigan haciendo”.

En tanto, Morales padre consideró que “es un milagro que esté con vida” Zahira, luego del accidente que sufrió. El hombre manifestó que “es muy duro entrar a la habitación y no llorar”, y recordó que cuando la tomó entre sus brazos luego del accidente “estaba muerta, no respiraba, después empezó a llorar y yo le pedía que llorara, porque así me daba cuenta de que estaba viva”.

“Vinieron del Gobierno, pero lo que digan no me interesa, yo estoy pegado a la puerta con mi mujer para saber cómo está mi hija”, destacó Morales en la puerta del hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Pero “cuando salgamos de acá, porque mi hija va a salir caminando, pediré explicaciones de lo que pasó”, confirmó el hombre, mientras aguardaba hablar con los médicos a la espera de un parte médico de hoy a la mañana.