Los legisladores porteños fijaron por ley una limitación en el horario de venta de bebidas alcohólicas en supermercados y almacenes de la ciudad, así como en locales bailables y restaurantes, y también imponen el cierre de los boliches a las 7, no obstante que el ingreso de los clientes será hasta las 4 de la madrugada. La iniciativa, acordada por varios bloques parlamentarios, contempla, además, la creación de un Registro de Comercialización de Bebidas Alcohólicas al que deberán inscribirse “toda persona física o jurídica que efectúe la distribución, suministro, venta, expendio de bebidas alcohólicas”. Este registro otorgará una “licencia para la comercialización” del alcohol, que deberá estar exhibida en lugar visible al público dentro del local o establecimiento. El proyecto establece que tanto los supermercados como almacenes estarán impedidos de comercializar bebidas alcohólicas a partir de las 22, al tiempo que los bares o boliches tendrán el límite de las 5, aunque los clientes contarán con media hora más para consumir lo comprado. En el caso de los topes a los horarios para el funcionamiento de los locales bailables, la norma fija a las 4 el límite para el ingreso y tres horas después el cierre.