Viernes, 24 de septiembre de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › LA MUERTE EN UNA PELEA DE UN CHICO DE 18 AÑOS CALDEO LOS ANIMOS
Jonathan, de 18 años, murió en una golpiza. Un chico de 13 y un joven de 24 conocidos del barrio de la víctima, en las sospechas. Las autoridades aseguran que víctima y agresores se conocían. Pero antes de morir, Jonathan dijo que lo golpearon desconocidos.
Por Horacio Cecchi
El movilero transmitía junto a una casilla de madera, desde Mercedes, la ciudad que el miércoles pasado fue convulsionada por la muerte de un adolescente, de 18 años, ocurrida en circunstancias que se agravaban a medida que se imponía la pulsión mediática. La víctima, Jonathan Villalba, había sido atacada a golpes en un sector de la periferia mercedina durante la noche del 21 y la madrugada del 22, y quedó arrojado en un zanjón. Un vecino lo escuchó pedir auxilio ayer por la mañana y lo ayudó. Lo llevaron al hospital y horas después falleció por un paro cardíaco. Por la tarde, un chico de 13 años conocido de Jonathan en el barrio fue demorado sospechado de haber participado en la golpiza, y por la noche, un amigo, de 24, fue detenido. Desde la mañana, los ánimos fueron in crescendo con la información. Que había sido una lucha entre patotas, que había sido quemado, que había sido enterrado vivo. Por la tarde, la policía debió contener a vecinos airados dispuestos a prender fuego a la casilla clamando justicia. Horas antes, en una peligrosa demostración de primicia anticipada, el movilero, junto a la casilla en la que vivía el chico de 13, decía: “En Mercedes, los ánimos están caldeados, los vecinos podrían quemar la casilla...”.
Una vez lanzada la rueda informativa, resulta difícil desentramar lo ocurrido y, mucho más, que lo ocurrido sea verosímil para la sociedad. Para el caso, los datos comprobables son que Jonathan Villalba tenía 18 años, cursaba el secundario en la escuela pública 35, que sus familiares directos pasaban por el trance tan indeseable a cualquiera y difícil de imaginar y que había salido de su casa para festejar el Día de la Primavera, que se encontró con amigos y que alrededor de las 2.30 a 3 del miércoles se trenzó en una pelea en la zona de las quintas de Mercedes, que suelen ser alquiladas o utilizadas por chicos de colegios privados para festejar la primavera. A la mañana, un vecino pasaba por la calle 31 y 162 y escuchó un quejido. Al acercarse a un zanjón descubrió a Jonathan. Pidió ayuda y el chico fue trasladado al Hospital Dubarry. Allí fueron sus familiares y estuvieron con él, que se encontraba consciente y hasta logró hablar con su madre. Horas después falleció de un paro cardíaco.
La muerte del chico inflamó la información y luego los ánimos. Algunos dijeron que había sido enterrado vivo. Otros que lo habían quemado. El caso derivó hacia un chico de 13 y un joven de 24, sobre los que se apuntó toda la artillería mediática. La información fue sostenida por el intendente Carlos Selva, un hombre de ley, que además es jefe de la policía porque en Mercedes la Bonaerense es comunal. En conferencia de prensa, junto al jefe de la Comunal, Sergio Zudaire, Selva intentó calmar los ánimos calmando a los medios: “Los que se enfrentaron evidentemente se conocían, particularmente el menor, de esto tenemos certeza”, dijo Selva, mientras el jefe de la Comunal asentía a su lado.
Pero hurgando un poco más allá de la desesperación, el caso no aparece tan claro. “Hay tres cuestiones que no cierran para nada, aunque todavía falta investigar –indicaron a Página/12 en la defensoría oficial, donde no niegan pero tampoco aseguran–. Hasta las tres de la tarde no había nada claro. La víctima estaba consciente y llegó a hablar con la mamá. Le dijo que habían sido cinco o seis personas que lo golpearon y que no conocía a ninguna. El chico de 13 años era conocido por Jonathan, del barrio. La policía lo fue a buscar y le dijo que pasara por la comisaría a declarar como testigo. El chico fue, declaró y lo detuvieron después. Pero además, la madre y el hermano de la víctima dijeron en televisión que Jonathan dijo que no conocía a los agresores.”
¿Por qué llegaron al chico de 13? Porque en el barrio recordaron que había discutido o peleado con Jonathan hacía varios días. Dos conocidos del chico de 13 dijeron a la fiscalía que lo habían visto en la pelea del 22. Pero si estaba en la pelea, ¿por qué Jonathan no lo dijo? Si Jonathan dijo que no los conocía, ¿por qué la certeza del intendente? Para hoy a las 18, amigos de Jonathan anunciaban una marcha en reclamo de justicia. ¿Cómo resolver si el chico de 13 no intervino?
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