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El presidente de la Cámara Argentina del Libro (CAL), Isaac Rubinzal, negó que hayan existido “aprietes” del gobierno nacional al sector editorial para el traslado de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires de La Rural a Tecnópolis. El viernes, Clarín publicó –sin citar fuentes– que, si eso no ocurre, las consecuencias serían el quite de los stands oficiales y de la compra que hace la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip). “Estamos en la etapa de análisis de las mejores posibilidades. La discusión no está siendo tortuosa. Hay buena voluntad de los dos lados”, aclaró Rubinzal a Página/12. La entidad que encabeza es una de las seis que integran la Fundación del Libro, organizadora de la feria, y es la que representa a la mayor cantidad de expositores. Unos 250 socios de la CAL participan del evento.

El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, se reunió el viernes 7 con el presidente de la Fundación del Libro, Gustavo Canevaro, para hacerle la propuesta de mudar la feria al predio de Villa Martelli en abril del próximo año, con un costo de participación entre un 20 y un 30 por ciento menor al actual. Por su parte, Rubinzal visitó Tecnópolis el miércoles para “intercambiar ideas” con el director de Industrias Culturales, Rodolfo Hamawi, y el director de la Unidad Bicentenario, Javier Grossman. “Pero no estaba Parrilli, como dice la nota de Clarín”, informó. “La intención de ese encuentro fue ver la posibilidad de desarrollar la feria y llevar mis impresiones a los expositores”, agregó. Al día siguiente, sesenta socios de la CAL discutieron el tema. Hubo opiniones diversas.

Esta semana la Fundación del Libro escuchará las posturas de las distintas entidades que agrupa para después volver a conversar con representantes del Gobierno. Rubinzal supone que para el sábado ya habrá una determinación. La CAL aún no sacó una conclusión. No obstante, el matutino porteño asegura que la entidad que reúne a las pequeñas y medianas editoriales intenta una negociación para que la feria se traslade a Tecnópolis recién en 2014. “Independientemente del resultado vemos con agrado la preocupación estatal por las industrias culturales. En este ámbito no se trabaja en condiciones de guerra ni de enfrentamiento. Esto, que ha sido de buena fe y con generosidad, terminó planteándose como un apriete”, se quejó. Según el artículo, la amenaza consiste en que el Gobierno privaría al sector editorial de la compra de la Conabip, que el año pasado representó 8 millones de pesos, y de la presencia oficial en la feria. Rubinzal negó todo eso: “Mi obligación es informar sobre los hechos. Las noticias malintencionadas complican la situación”.

Rubinzal no quiso arriesgar un resultado ni tampoco ofrecer una percepción personal de ventajas y desventajas del cambio, pues “sería una muestra de irresponsabilidad”. Sin embargo, explicó que “hace rato que se piensa en un plan B” respecto de la locación de la feria –se hace en La Rural desde 2000– porque “los costos son demasiado altos y hay gente que dejaría de participar por ese motivo”. Como ejemplo, detalló que un terreno de 36 metros cuadrados cuesta 50 mil pesos. “Todas estas cuestiones son las que estamos revisando, además de lo que tiene que ver con infraestructura y organización. Lo primero que hay que considerar es la conveniencia de los expositores”, recalcó. La entidad que preside forma parte de la Fundación del Libro junto a la Cámara Argentina de Publicaciones, el Sector de Libros y Revistas de la Cámara Española de Comercio, la Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines y la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Afines.