Poco después del mediodía, la ambientalista argentina de Greenpeace Camila Speziale se reencontrará en San Petersburgo con su madre, quien abordó un avión con destino a Rusia ayer por la tarde, horas después de que la joven fuera liberada bajo fianza. Alrededor de las 12, hora de Argentina, Speziale había recuperado la libertad, al igual que otros 26 de sus compañeros de activismo, 11 de los cuales al cierre de esta edición ya se encontraban, como la argentina, alojados en un hotel de la ciudad rusa, en compañía de otros integrantes de la ONG. “Gracias por el apoyo”, dijo Speziale, al salir del centro de detención, a las cámaras presentes en el lugar. Poco después habló por teléfono con su familia. Néstor, su padre, contó que la joven “estaba eufórica” y que tiene “la ilusión de que todo termine cuanto antes”. “Me imagino lo que debe ser salir al exterior después de dos meses”, comentó.

En un comunicado, Greenpeace informó que la joven “se encuentra bien” y acompañada por un equipo de la organización. Entre los activistas a quienes fue concedida la libertad bajo fianza pero permanecían detenidos, agregó la ONG, se encontraba el argentino Hernán Pérez Orsi, cuya familia, en previsión de que pronto sea liberado, podría viajar a Rusia entre hoy y mañana. En la sesión de ayer, la Legislatura porteña declaró como “personalidades destacadas de los Derechos Humanos” a Speziale y Pérez Orsi.

Ayer por la tarde, el coordinador de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace, Mauro Fernández, explicó que los activistas liberados se encuentran “en un hotel, todos juntos, con un equipo de contención” de la ONG, “que los asiste en el proceso de liberación con abogados”. La liberación bajo fianza permite a Speziale deambular libremente por la ciudad, pero no abandonarla, una modalidad propia de la Justicia rusa, en la que no existe la figura de la detención domiciliaria. De todos modos, Fernández señaló que a última hora de ayer la organización todavía estudiaba todos los términos bajo los cuales habían sido liberados los activistas. Por cada uno de los liberados, Greenpeace pagó al estado ruso dos millones de rublos, que equivalen a 61 mil dólares.

El director ejecutivo de Greenpeace, Martín Prieto, explicó que “esta resolución nos da más tranquilidad en cuanto al día a día de nuestros activistas, pero el momento de celebrar llegará cuando sean declarados inocentes y liberados de este proceso judicial absurdo al que han sido sometidos por defender el medio ambiente”. Prieto subrayó que la libertad que obtuvieron los activistas no es definitiva, y que “mientras continúen siendo acusados de crímenes que no cometieron, seguiremos exigiendo el retiro inmediato de los cargos”. “Lo positivo de esta noticia no debe hacernos perder de vista que este proceso aún no ha finalizado”, agregó. Los ambientalistas están acusados de los delitos de piratería y vandalismo, algo que Prieto calificó de “absurdo” porque son “inocentes”.

Por la tarde, la Legislatura porteña declaró a Speziela y Pérez Orsi como personalidades destacadas de los Derechos Humanos, en reconocimiento al “profundo compromiso que ambos demostraron en la defensa del medio ambiente”. “El compromiso de los dos jóvenes activistas argentinos constituye un ejemplo de militancia por la defensa del derecho al medio ambiente”, señala el texto de reconocimiento, de autoría de la legisladora María Rachid, y que fue sancionado en la sesión ordinaria donde, por otra parte, estuvieron presentes integrantes de Greenpeace.

Además de Speziale, ayer fueron liberados el francés Francesco Pisanu, el italiano Christian D’Alessandro, la finlandesa Sini Saarela, la danesa Anne Jensen, el polaco Tomasz Dziemianczuk, el neocelandés David Haussmann y tres rusos. La brasileña Ana Paula Maciel, quien fue el miércoles la primera en salir de prisión, tiene el pasaporte con la tarjeta de migración, por lo que podría abandonar legalmente el país, dijo Tsyplyonkov.

Por otra parte, Fernández adelantó que para hoy se esperaba la resolución del Tribunal del Mar respecto de la presentación que hizo Holanda, país bajo cuya bandera navegaba el barco que los activistas utilizaban el 19 de noviembre para la protesta contra una plataforma petrolera en el Artico, durante la cual fueron detenidos por la Guardia Costera Rusa.