SOCIEDAD › INAUGURARON EN CHACARITA EL ESPACIO GREENPEACE
La primera oficina ecológica
Paneles y colectores solares, una cisterna que acumula agua de lluvia para usar en el regado, muebles con madera de bosques certificados, máximo aprovechamiento de la luz natural, equipos de refrigeración que no contribuyen al cambio climático son algunos de los elementos con los que fue diseñada y construida la nueva oficina de Greenpeace en Buenos Aires, que fue inaugurada ayer. El objetivo que persigue esta iniciativa es fomentar el uso de este tipo de energía y presentar un modelo posible de arquitectura amigable con el medio ambiente. Además, vuelve a poner en discusión la vigencia y el posible desarrollo que podrían tener en el país las energías renovables.
Una de las trabas para la utilización de energía solar en forma masiva es que “no existe en el país un marco legal para su utilización”, señaló Gustavo González, miembro de la entidad a Página/12. “La idea es fomentar el uso de este tipo de energías pero, por otro lado, si todo el barrio usara energía solar y devolviera la parte que no utiliza, se saturaría la red.” Como excepción, en esta oficina “la energía no se acumula, se utiliza y cuando no se usa se devuelve a la red”, enfatizó. El consumo de la energía que proviene de la red es menor, porque a través de los 13 paneles solares “se genera el 5 por ciento de la que se consume”, indicó.
Las energías limpias, como la solar, entre otras, no provocan emisiones de gases, no generan residuos peligrosos, no impactan negativamente en el ambiente ni dependen de recursos que se agotan.
“Esta es la primera oficina de Greenpeace con estas características en el mundo, aunque hay una similar en Estados Unidos, pero carece de paneles solares”, relató Gonzalo Girolami, de la organización.
La madera utilizada proviene de Corrientes, de bosques certificados, lo que significa que “no hay depredación. Todo el proceso cumple con una serie de requisitos para que no impacte en forma negativa en el ambiente”, agregó el director de la obra, Leo Lotopolsky. La oficina, que a partir de ahora pasó a llamarse “Espacio Greenpeace”, está ubicada en el barrio de Chacarita y su refacción demandó dos años.
Los pisos son de “linoleo, un material elaborado en base al reciclado de partículas de corcho”, explicó el arquitecto Lotopolsky. Además, los sistemas de refrigeración no contaminan ni contribuyen al calentamiento global.
Informe: María Sol Wasylyk Fedyszak.