SOCIEDAD

Las nuevas hipótesis del crimen sexual que conmueve a Córdoba

Un abogado del área de Seguridad, que anoche renunció tras los rumores que lo involucran en el caso, se presentó ante los fiscales para someterse a un examen de ADN. Las hipótesis en juego.

 Por Raúl Kollmann

El asesinato de Nora Dalmasso en el barrio Villa Golf de Río Cuarto seguía anoche envuelto en el misterio, aunque los fiscales buscan elementos para reafirmar las tres hipótesis existentes: que la mujer fue asaltada por un violador que luego la mató, que el asesinato se produjo a raíz de una pelea con un supuesto amante y, lo que se considera menos probable, que murió en el marco de un juego sexual. Ayer se presentó en la fiscalía el abogado y funcionario del área de Seguridad de Córdoba, Rafael Magnasco. El rumor era que mantenía una relación amorosa con Dalmasso, pero Magnasco –que anoche renunció– no sólo desmintió ese vínculo, sino que se ofreció para que le sacaran sangre y se haga el análisis de ADN que se compararía con el semen encontrado en el cuerpo de la mujer. Esa extracción se haría hoy.

El texto del informe de la autopsia, entregada ayer a los fiscales, enumera los siguientes elementos:

- Dalmasso murió por una doble asfixia producida, por un lado, con el cinto de su bata, y por el otro lado, mediante la compresión del cuello realizada con las manos del asesino. El cinto tenía un lazo, un nudo, otro lazo y un segundo nudo, todo alrededor del cuello.

- En la mujer no se registran lesiones defensivas. Tenía las uñas cortas y tal vez ésa sea la razón por la que entre las uñas y los dedos no se encontró rastro de una pelea.

- Dalmasso mantuvo una relación sexual, pero es imposible determinar si fue consentida o no. El forense Osvaldo Curci le explicó a este diario que las violaciones a veces no producen lesiones vaginales. Ese mismo criterio es el que sostienen los fiscales del caso, Javier Di Santo y Fernando Moine. Ambos confirmaron que se encontró semen en el cuerpo de Dalmasso y la muestra fue enviada ayer al laboratorio Seprocor de Córdoba capital.

- El cuerpo fue encontrado el domingo, pero se estima que la muerte se produjo en la madrugada del sábado, unas horas después de que Norita, como le decían a Dalmasso, regresara a su casa tras cenar con amigas. Su marido, el conocido traumatólogo Marcelo Maccarrón, viajó el jueves a jugar al golf a Punta del Este y regresó el domingo cuando le avisaron del homicidio.

Además del texto de la autopsia, hay otras evidencias que los fiscales toman en cuenta en la investigación:

- No hubo robo en la vivienda. Lo único que faltó fue un celular. El dato es curioso y digno de análisis. Para algunos ese faltante demostraría que actuó una persona que pensó que llevándose el celular borraba el rastro de sus llamadas. Pero el fiscal Di Santo le dijo a Página/12 que hay otra variante posible: que el agresor se haya llevado el celular para que no quedaran constancias de eventuales mensajes de texto. En los registros de las telefónicas figura que hubo un mensaje de un celular a otro, pero no queda el texto de ese mensaje.

- El barrio no es un country, es decir que no tiene cerco perimetral ni un acceso vedado a personas ajenas al Villa Golf. Supuestamente contaba con un sistema de cámaras que, como suele suceder, no funcionaba.

- También llama la atención la prueba que dejó el asesino: el semen. Una persona de aceptable nivel educativo sabe que está dejando una evidencia concluyente, aunque de todas maneras puede haber cometido el asesinato en un momento de locura pasional.

Los criminalistas consultados por este diario establecieron una especie de ranking de hipótesis de lo ocurrido.

La variante que consideran menos probable es la del juego sexual que se fue de límites por accidente. El psiquiatra forense Luis Kivtko sostiene que “la asfixia erótica se da en 999 hombres por cada mujer. Es el hombre el que siente una erección y puede llegar a eyacular con ese juego erótico. En la inmensa mayoría de las mujeres no produce excitación alguna”. A este diagnóstico hay que agregar el otro dato que proviene de la autopsia: no sólo la asfixia se produjo con el cinto sino también con las manos del asesino, de manera que es improbable que el homicida se haya excedido sin intención.

La segunda variante que evalúan los fiscales es la violación seguida de muerte. Es decir que el violador-asesino, que ya venía observando a la mujer, la haya abordado cuando estaba a punto de entrar a la casa después de las tres de la mañana del sábado, la amenazó con un cuchillo o arma de fuego, la obligó a subir a la habitación de la hija y allí, agregando la amenaza del ahorcamiento con el cinto, la haya violado y asesinado. Los criminalistas sostienen que a favor de esta hipótesis está el hecho de que un amante no suele matar con dos lazos y dos nudos. En contra de esta hipótesis se evalúa que Dalmasso era mujer de mucho carácter, que seguramente hubiera peleado, y que la habitación, que además es muy chica, quedó demasiado ordenada para corresponderse con una escena de ese tipo.

La variante que ven más probable los investigadores del caso es una relación sexual consentida por la mujer que terminó en un drama pasional. A su favor está el hecho de que no hubo violencia en el ingreso ni en la salida de la casa, no hay desprolijidad en la ropa que la mujer se sacó –ella era muy ordenada– ni existe desorden en la habitación. Los fiscales trabajaban anoche intensamente en el listado de llamadas de la víctima. Ahí podría estar la clave.

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La casa de Nora Dalmasso, del barrio Villa Golf, en la ciudad cordobesa de Río Cuarto.
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