Un faro de 25 metros de alto que iluminará el cielo, una banda negra en el piso con los nombres de las víctimas y un “árbol de la vida”. Esas son algunas de las características del proyecto arquitectónico ideado para reabrir la cuadra de Bartolomé Mitre donde estaba ubicado el boliche Cromañón, cerrada desde el incendio que les costó la vida a 194 personas. El gobierno porteño aseguró desde diversos ámbitos que buscará avanzar con la iniciativa, mientras que un grupo de padres de víctimas se opuso a su concreción en el corto plazo y reclamó que se respeten sus “tiempos”.

El diseño de la nueva fisonomía pertenece a los arquitectos Pablo Suárez y Mariano Orlando, que ganaron un concurso convocado por la Sociedad Central de Arquitectos en diciembre de 2005, en el primer aniversario de la tragedia. Pese al tiempo transcurrido desde ese momento, la propuesta todavía no tiene fecha de ejecución, mientras la cuadra de Mitre al 3000 continúa cerrada al tránsito.

El proyecto prevé una reapertura parcial al tránsito a través de la eliminación del vallado que bloquea la cuadra. También propone un sistema de barras en el asfalto, que obligaría a los conductores a reducir la velocidad en el sector. En cuanto a lo estético, la idea es que toda la zona quede compuesta como un gran solado que unifique la calle, sus veredas, el espacio de la plaza y el del museo hasta el acceso a Perón.

Durante la última semana se produjeron las primeras novedades desde la elección del diseño. El jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, afirmó al respecto que “vamos a ir a una situación de apertura”, al tiempo que señaló que dialogó sobre el tema con familiares de las víctimas. De todas maneras, no es el Ejecutivo porteño el único con potestad para decidir sobre el tema.

Es que el plan abarca también el playón donde está emplazado el santuario, así como un corredor donde se ubican las fotos de las víctimas, ambos espacios pertenecientes al Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (Onabe). Esto hace que la facultad para llamar a licitación para la ejecución del proyecto recaiga sobre esa dependencia, algo que –según fuentes del Onabe– está próximo a realizar.

Si bien la mayoría de los familiares y amigos de víctimas de la tragedia se mostraron conformes con el proyecto, varios de ellos pidieron “tiempo para madurar” la transformación de la zona donde hace menos de tres años vieron depositados los cuerpos sin vida de sus parientes y otras decenas de jóvenes.

“Como todo elemento de homenaje, hay que tener un tiempo de maduración. Para hacer el museo del Holocausto se tardó 50 años, nosotros no queremos que pase tanto tiempo, pero sí que haya una maduración para todo esto”, aseveró Raúl Morales, el papá de Sofía, una adolescente de 17 años que murió aquella noche fatal de diciembre de 2004.

En tanto, la Legislatura porteña realizó una convocatoria a familiares de las víctimas con el objetivo de formar una comisión que se encargue de delinear una propuesta de uso público del área en cuestión. Una vez integrada, la comisión tendrá que elevar a la Legislatura, en noventa días, una propuesta de rezonificación de la cuadra donde estaba Cromañón.