En tiempo record –algo que no ocurre con miembros de la Iglesia involucrados en violaciones a los derechos humanos o en casos de abusos contra menores–, el Vaticano suspendió a un sacerdote de 60 años que declaró su homosexualidad, en forma pública, al aparecer en un programa de la televisión italiana. El religioso, cuyo nombre se mantiene en reserva, se presentó ante las cámaras con el rostro no visible y con la voz distorsionada. Igual fue reconocido y la sanción se tomó en forma inmediata. “Los superiores tratan la situación con la discreción de rigor y con el respeto debido a la persona implicada, incluso si cometió errores”, dijo Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, al confirmar la suspensión del prelado, quien según una versión periodística sería miembro de la Congregación para el Clero, responsable de la gestión que realizan en todo el mundo unos 400 mil sacerdotes católicos. Se considera posible que se produzcan nuevas sanciones contra otros tres religiosos que aparecieron en el mismo programa para confesar su homosexualidad.

Lombardi recalcó, de todos modos, que “las autoridades deben intervenir con la severidad requerida por un comportamiento incompatible con el servicio religioso y la misión de la Santa Sede”. El nombre del miembro del clero se mantiene en reserva y el que dio alguna pista sobre el lugar donde cumple su ministerio fue el diario La Repubblica. Otros cuatro curas declararon su homosexualidad en un programa televisivo Exit, transmitido el 1º de octubre por la cadena italiana privada La7. Las cámaras nunca mostraron sus rostros y las voces fueron modificadas.

El religioso sancionado cometió el error de recibir al equipo televisivo en su oficina del Vaticano. De acuerdo con la información publicada en La Repubblica, numerosos empleados tomaron conocimiento de lo ocurrido y las imágenes del lugar de trabajo sirvieron para identificarlo. En el video que se difundió eran fácilmente reconocibles la puerta de entrada al edificio donde cumplía funciones el cura y podía identificarse también el ascensor de la sede de la congregación.

En la entrevista televisiva, el prelado precisó que era “homosexual activo” y aseguró “no sentirse como un pecador”, aunque sostuvo que tenía que ser discreto para que sus superiores “no le llamasen al orden”.

El diario romano fue el primero en dar a conocer la noticia, luego confirmada por el portavoz del Vaticano. Al sacerdote involucrado sólo se lo ha identificado por sus iniciales: T. S. “No puedo desmentir el hecho. Los superiores están tratando la situación con la debida reserva y con el debido respeto por la persona interesada, aunque esta persona se haya equivocado”, dijo Federico Lombardi. El portavoz fue quien confirmó que la suspensión se decidió “en forma inmediata”, a la vez que dijo desconocer si se van a tomar otras medidas contra el religioso. “El hecho es tratado con la máxima reserva”, insistió Lombardi.

Otros medios de comunicación italianos, al tratar del tema, señalaron que el religioso, además de pertenecer a la Congregación para el Clero, hasta hace unos meses celebraba la misa diaria para el canal católico de televisión Telepace. Se dijo que, además, tiene una página web. En el programa de TV donde aparecieron los cuatro curas se trató el tema “Homosexualidad en la Iglesia Católica”.

Allí se difundieron videos grabados con cámara oculta que permitieron ver imágenes distorsionadas de al menos tres sacerdotes que se encontraban con personas a las que habían conocido a través de un chat de Internet. El Vaticano puede ahora decidir el despido de la curia del sacerdote y su expulsión de la Iglesia Católica. En 2005, la cúpula vaticana dijo que cerraba las puertas del sacerdocio a los que “practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales o apoyan la cultura gay”.