Somalia, Zimbabwe, Sri Lanka, Congo, Colombia, Myanmar (Birmania), República Centroafricana y Chechenia, y epidemias como la tuberculosis y la desnutrición en las regiones más pobres del mundo, son las crisis humanitarias “más olvidadas en las agendas mediáticas en 2007”, según un informe que acaba de publicar la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF). “Intereses geopolíticos dominan la agenda internacional de los medios y, en la medida en que un conflicto no afecte a un país central, no es noticia. Sólo aparece si los perjudica, como es el caso de Irak”, afirmó a Página/12 Paula Farías, presidenta de MSF-España. Titulado Las diez crisis más olvidadas de 2007, el informe apunta a “sensibilizar” a la opinión pública sobre la magnitud y gravedad de las crisis que no siempre se ven reflejadas en los medios de comunicación.

Encabeza la nómina el hambreado país africano de Somalia. “Mientras la violencia llegaba a los peores niveles en más de 15 años, tanto la asistencia como la atención prestada a las personas afectadas por una de las crisis más agudas y desafiantes del mundo parecían ir disminuyendo”, advierte el estudio. Allí, la enfermera argentina Pilar Bauzá Moreno junto a una compañera española permaneció siete días en manos de una banda de secuestradores de uno de los tantos subclanes de la autodenominada región autónoma de Puntlandia, al nordeste del mapa de Somalia.

El secuestro tuvo lugar en la mañana del 26 de diciembre, mientras se dirigían hacia uno de los centros de nutrición que MSF tiene abiertos en la zona y al que acuden diariamente alrededor de siete mil chicos, según informó la misma ONG de ayuda internacional. “Ultimamente se habló de Somalia, pero sólo porque secuestraron a dos compañeras, y apareció como una novedad lo que sucedía en ese país, cuando hace 16 años hay una crisis allí”, comentó Farías.

Un panorama similar se registra en la República Democrática del Congo. El enfrentamiento entre el gobierno y las fuerzas del líder rebelde Laurent Nkunda provocó desplazamientos de población. “Cientos de miles de personas abandonaron sus hogares y suelen esconderse en el monte, con poco acceso a alimentos o a atención médica y bajo la amenaza de ataques de los grupos armados”, describe el informe. Así, quedan “vulnerables” a la malaria, al cólera, a infecciones respiratorias y a la desnutrición (ver recuadro).

Según el documento, en Zimbabwe, de los 12 millones de habitantes, 1,8 millón convive con el VIH/sida y “menos de una cuarta parte de las personas que necesitan tratamiento antirretroviral para prolongar su vida lo están recibiendo”. Como consecuencia, 3000 personas mueren por semana a causa de la pandemia.

La organización internacional de ayuda humanitaria comenzó a publicar un relevamiento sobre “las diez crisis más olvidadas” desde 1998, cuando una devastadora hambruna en el sur de Sudán “no obtuvo la atención debida en los medios de comunicación de Estados Unidos”, señaló la titular de MSF–España, que lleva adelante 350 proyectos en más de 60 países. “Notamos que hay una serie de crisis que se repiten sistemáticamente en los últimos años, como en Chechenia, Colombia, Congo, y son olvidadas en las agendas mediáticas.”

En la publicación se indica que la tuberculosis provocó la muerte de dos millones de personas, mientras otros nueve millones desarrollaron la patología y apunta que desde la década del ’60 no se registraron “avances terapéuticos”. Además, la desnutrición en la zona del Cuerno de Africa, el Sahel y el sur de Asia, causa la muerte de cinco millones de niños menores de 5 años. Al respecto, MSF, una entidad fundada en 1971 y que en 1999 recibió el Nobel de la Paz, promueve alimentos preparados ricos en nutrientes.

En tanto, en Sri Lanka, un pequeño país insular ubicado al sudeste de la India, “se ha visto afectado por enfrentamientos de forma intermitente durante casi 25 años”, pero el “conflicto recibió muy poca atención”, remarca el informe. Y advierte, con preocupación, un “clima de hostilidad y sospecha hacia las organizaciones humanitarias”.

De América latina, Colombia integra la nómina. “El conflicto armado suele ocupar los titulares de las noticias, pero su impacto sobre la población civil raramente es el centro de la atención”, se apunta. En ese país, unos 3.8 millones de personas abandonaron sus hogares debido a la violencia de las “tropas gubernamentales, paramilitares y rebeldes”. Así, Colombia se ubica, según la entidad de ayuda humanitaria, en el tercer país con mayor número de desplazados, después de Sudán y Congo, ambos en el continente africano.

En el sudeste asiático, desde 1962, una junta militar domina la ex colonia inglesa de Birmania –Myanmar, como la llamó el régimen militar–. En septiembre de 2007, la junta militar, según grupos disidentes, asesinó a unos 200 manifestantes, apresó a otros mil y bloqueó Internet tras una protesta de monjes budistas en reclamo de un Estado democrático. De acuerdo con el documento de MSF, la manifestación “atrajo la atención internacional hacia esa población, pero no mostró lo que los birmanos viven a diario”. El trabajo detalla altos índices de VIH y malaria y, como consecuencia, según estimaciones de la ONU, cada año pierden la vida unas 20 mil personas.

Por otra parte, en la República Centroafricana se registra una “falta casi absoluta de atención sanitaria”, alerta el documento, que agrega que allí fue asesinada por un grupo rebelde una voluntaria de la entidad. En tanto, en Chechenia “el conflicto se atenúa, pero no las necesidades humanitarias”, indica el relevamiento.

Informe: Esteban Vera.