–La feminización de la epidemia del sida es una tendencia creciente. ¿Cómo se puede trabajar para frenarla?

–Lo primero que hay que hacer es terminar con las cuestiones estigmatizantes o discriminatorias evitando pensar que es una enfermedad de las personas que son raras o diferentes o tienen preferencias distintas.

–¿Sigue presente todavía esa idea?

–Al día de hoy al decir que fulano tiene VIH muchos piensan: “¿Qué pasa? ¿Es homosexual?”. Por razones biológicas y sociales, las mujeres son particularmente vulnerables a la infección de la epidemia. En la Argentina es muy claro: en 1998 aparece el primer caso de sida en una mujer. En ese momento la proporción era de 28 hombres a una mujer. En 2007, los casos nuevos de VIH notificados al Ministerio de Salud dan una proporción de 1,8 varones a 1 mujer. La tendencia es a igualarse.

–¿Cómo juega la violencia que sufren mujeres al interior de sus hogares?

–A eso me refería cuando mencionaba la vulnerabilidad. Si hay mujeres que no pueden elegir cuándo tener relaciones, mucho más difícil es que puedan elegir cómo tenerlas. Así que todo lo que haga al empoderamiento de las mujeres para mejorar su capacidad de negociar el uso del preservativo en su propio beneficio y, en realidad, también en el de su pareja masculina es sustancial. Si seguimos teniendo sociedades machistas, en las que las mujeres son un objeto y no un sujeto activo, la cosa se pone mucho más complicada. Mucha gente piensa que esto se da en sectores con poca educación, pero yo siempre de- safío al auditorio y digo: imagínense un sobrino de ustedes, un chico de 17 años, que le dice al padre que se va a una disco y se lleva un par de preservativos en el bolsillo de la camisa. El padre seguramente le va a palmear la espalda y le dirá: “¡Este es mi hijo!”. Si la hermana de 18 años hace lo mismo es posible que tenga bastante lío en muchas familias, en lugar de felicitarla y decir “ésta es una chica prevenida”. ¿Qué clase de mujer es para la mente de mucha gente la que lleva preservativos en la cartera? Este es un tema muy importante. Si nosotros no cambiamos nuestra mirada y seguimos pensando que el preservativo es un adminículo de uso masculino, donde el hombre decide cuándo y cómo lo usa, vamos a seguir teniendo casos de sida en mujeres, y como son mujeres que están en edad reproductiva, vamos a seguir teniendo casos de sida pediátrico.