Turquía es una democracia laica, donde la mayoría de la población es musulmana. Pero está gobernada por el GDP, un partido conservador que logró incorporar el Islam a la política, adoptó el neoliberalismo, y que en las últimas elecciones obtuvo el 48 por ciento de los votos, explicó la activista de derechos humanos turca Pinar Ilkkaracan. Investigadora y escritora, Ilkkaracan es cofundadora de una ONG que promovió varias reformas legales exitosas en Turquía en relación con la igualdad de género. “El conservadurismo del GDP está atacando la situación de las mujeres”, dijo. Y contó que el primer ministro afirmó en una reunión con representantes de sesenta ONG de mujeres que él no creía en la igualdad entre el hombre y la mujer. “Para el gobierno las mujeres no son individuos, son miembros de familia, esposas, hijas y todas deben ser madres”, explicó, y señaló que el primer ministro sostiene que “todas las mujeres turcas deben tener al menos tres hijos”. “El GDP fue revolucionario porque logró reducir el poder militar pero es sumamente cercano al conservadurismo de Bush en los Estados Unidos”, describió.