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La tasa de actividad femenina es inferior a la masculina en todos los países, incluso en los que las incorporaron al mercado laboral de forma temprana, señala el informe del Cemyt. “Esta participación puede verse como un proceso de construir autonomía de las mujeres, dado que asume la potencialidad de favorecer la independencia económica y la negociación de relaciones sociales más equitativas”, destaca la investigación.

- Las mujeres de menores ingresos participan un 30 por ciento menos que las de mayores ingresos, brecha que disminuye sustancialmente cuando se trata del colectivo masculino, donde la brecha desciende a un 14 por ciento.

- La brecha de participación entre mujeres y varones de bajos ingresos es de 34 por ciento; disminuye a un 17,2 por ciento entre los de mayores ingresos.

- Las mujeres se insertan en las ramas de actividad consideradas femeninas y los varones en las masculinas. Entre las mujeres asalariadas, el 21 por ciento se desempeña en el servicio doméstico, el 16 por ciento en el sector del comercio, hoteles y restaurantes; otro 16 por ciento en la enseñanza, un 11 por ciento en la administración pública, el 10 por ciento en servicios de salud.

- Mientras que los varones se insertan mayoritariamente en el sector de la industria, 20 por ciento; en el comercio 20 por ciento, en el transporte, 12 por ciento, en la administración pública, un 11 por ciento.

- Las mujeres representan el 96 por ciento del empleo en el servicio doméstico, el 76 por ciento de los asalariados en el sector de la enseñanza, el 70 por ciento de los servicios sociales y de salud y el 44 por ciento de los servicios comunitarios, sociales y personales.

- Los varones, en cambio, representan el 75 por ciento de los trabajadores/as de la industria, el 97 por ciento de la construcción, el 86 por ciento del transporte, el 61 por ciento de intermediación financiera y el 56 por ciento de la administración pública.