Alejandra Flechner tenía 34 años cuando la convocaron para hacer Confesiones de Mujeres de 30. Era 1994. Venía de hacer Gambas al ajillo en el circuito under y Cha cha cha en la tele, entre otros trabajos. Nunca había encarado una obra del circuito comercial. Lo primero que pensó con el ofrecimiento fue: “Me salió un trabajo para el verano”, recuerda en una charla con Página/12. El verano se hizo largo. La obra tuvo tal éxito que Flechner y sus compañeras de elenco, Andrea Politti y Virginia Innocenti, la representaron hasta que se cansaron, durante cuatro años. Después siguieron otras actrices, por algunos años más. Flechner dice que al texto original “lo recontrarretoqué, soy muy autora de las cosas que decía”. La puesta, también con dirección de Lía Jelín, fue un suceso. “El teatro se llenaba. Nosotras decíamos que era como el Golden, lleno de minas que aullaban. Nos sentíamos Los Rolling Stones. Fue una sorpresa enorme. No había espectáculos de mujeres, como hay ahora, salvo Brujas, pero en ese caso eran actrices más grandes. Siempre las mujeres tenemos mucho para decir, aunque eso no significa siempre buen teatro”, dice la actriz, que está por empezar el rodaje de una nueva película de Adrián Caetano, Bajo este tremendo sol, junto a Leonardo Sbaraglia y Daniel Hendler, entre otros actores. Flechner guarda muy buenos recuerdos de aquella experiencia actoral, que incluyó giras por distintos teatros del país y temporadas de verano en Mar del Plata: Confesiones fue la obra que la hizo visible para el medio. “Una piba de 30 hoy es una pendeja, no se le cae el culo como a nosotras, porque todavía no tuvo tres pibes, como les pasaba a las mujeres de mi generación a esa edad”, diferencia.