Despacio y en silencio, los cazafumadores recorren la ciudad y hacen respetar, o al menos intentan, la ley antitabaco. En la primera semana de vigencia, inspectores del gobierno porteño realizaron 1223 controles y labraron 221 actas en locales comerciales y otros establecimientos alcanzados por la prohibición de fumar.

No hubo distinción para el rastrillaje: bares, restaurantes, peluquerías, bingos, teatros, cines, locutorios, y diferentes locales alcanzados por la ley que entró en vigencia el domingo último, y que impide prenderse un tabaco en establecimientos menores a los 100 metros cuadrados, como así también obliga a los lugares más grandes a construir “peceras” para fumadores.

En tanto, funcionarios del Ministerio de Gobierno de la ciudad informaron que se recibieron 124 denuncias. La mayor parte de las actas se hicieron por falta de señalización correspondiente sobre de la prohibición de fumar que impone la Ley 1799, y también por la inexistencia del libro de quejas.