EL PAíS

Unidos contra un nuevo punto final

 Por M. P.

Nadie que los haya oído hablar, que los haya visto en uno de los momentos más conmocionantes de sus vidas, podrá olvidar nunca a Juan Cabandié y Nilda Eloy. El hijo de desaparecidos que contó su historia en el acto de la ESMA, y la sobreviviente que aportó un testimonio clave en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. Cabandié y Eloy estuvieron ayer en la marcha por la Aparición con Vida de Julio López. En distintos lugares, compañados por otros dirigentes y miembros de organismos de derechos humanos que representaban opciones políticas diferentes, el joven funcionario y la testigo que compartió con López todo el juicio oral contra Etchecolatz opinaron ante Página/12 sobre lo que significó la marcha de ayer. También analizaron el clima que se abrió hace dos semanas con la desaparición del albañil de Los Hornos, y que se profundizó el jueves con el acto organizado por los militares retirados.

Tras colaborar con la organización del acto, durante el que estuvo en el palco junto a las Madres y Abuelas, Cabandié se enfrentó con un remolino de cámaras y micrófonos. Habían varios periodistas extranjeros, que lo reconocieron como el joven que habló en el acto de la ESMA del 24 de marzo de 2004. “Los grupos que hicieron el acto de ayer (por el jueves) en Plaza San Martín están reclamando un segundo punto final”, afirmó.

–¿Por qué un segundo punto final? –le preguntó Página/12.

–Quieren ejercer presión a través de los mismos medios que usaron hace treinta años, la extorsión, la amenaza y el secuestro. Es el segundo punto final pero no se va a dar, porque hoy el pueblo entero es el que asume la problemática de los derechos humanos.

Media hora después de que el palco quedara desocupado, llegó a la Plaza de Mayo una columna muy grande con una bandera del Encuentro 30 Años Memoria, Verdad y Justicia, la coordinación de organismos que no tiene buena relación con el kirchnerismo. En primera fila, tras una bandera de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos, caminaba Eloy. Era muy difícil no distinguirla con su pelo largo lleno de canas.

–¿Cómo le cayó que en el acto de los grupos promilitares reclamaran por la aparición con vida de López? –le preguntó este diario.

–Aparte de haber mencionado eso, lo que pidieron fundamentalmente es la amnistía. Julio (López) no desapareció por cualquier causa, desapareció porque pedía la condena por genocidio de Etchecolatz. Por eso (los militares retirados) saltan ahora. Porque saben que vamos a seguir, por más que Julio esté desaparecido vamos a seguir. Y muchos de los que estuvieron en la plaza San Martín van a terminar entre rejas.

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