Antes de la marcha hacia el santuario de Plaza Once, los padres de los fallecidos y algunos sobrevivientes del incendio de Cromañón asistieron a una misa que se hizo en la Catedral Metropolitana. La ceremonia fue presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Eduardo García, convocó a los presentes a recordar lo ocurrido “ni con la actitud evasiva de aquel que viene a olvidar, ni con la de aquel que recuerda para alimentar rencores”. En su homilía en recordación de las 194 víctimas fatales del siniestro, monseñor García aseguró que el rencor es algo que “ninguno de ustedes, de nosotros, y menos los chicos de Cromañón, se merecen”.

En una Catedral que estuvo colmada de público, el obispo auxiliar de la diócesis porteña sostuvo que “como familia, venimos a este templo para recordar, para hacer memoria, para aprender de María y para guardar en el corazón” a las víctimas del incendio. “Podremos honrar la vida de nuestros chicos de Cromañón y sin querer habremos rescatado sus muertes del absurdo”, afirmó el prelado ante familiares y sobrevivientes del incendio ocurrido el 30 de diciembre del 2004. Los asistentes portaban fotos y pancartas con las imágenes y los nombres de los fallecidos.

Los familiares fueron los encargados de encender 194 velas durante la misa “como ofrecimiento a Dios para que continúe haciendo luz en las familias en el camino de la justicia”. Durante el oficio religioso se rezó, además, una oración “por los niños y jóvenes del país, por los familiares de las víctimas para que puedan tener paz a pesar del dolor y por los sobrevivientes de la tragedia para que se puedan reinsertar en la sociedad”.