Dos de cada tres argentinos creen que el año que se inicia será mejor que 2006, la inmensa mayoría piensa que el crecimiento va a ser todavía más alto y cuando se les pregunta qué les va a ocurrir personalmente desde el punto de vista económico, la mitad contesta que les irá mejor y la otra mitad que las cosas seguirán igual. Apenas el uno por ciento de los consultados creen que en 2007 les irá peor. Néstor Kirchner y Cristina parten como claros favoritos para la elección presidencial y cualquiera de los dos –con las cifras actuales– ganaría en primera vuelta. Roberto Lavagna, Elisa Carrió y Mauricio Macri, en ese orden, figuran en la lista de los más elegidos para competir por la oposición.

Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por la consultora Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), que lidera Enrique Zuleta Puceiro. En total fueron entrevistadas 1100 personas en 65 localidades de todo el país, con respeto de las proporciones por edad, sexo, nivel económico social y dimensión de las ciudades grandes, medianas y chicas. La coordinación estuvo a cargo de Isidro Adúriz y Gustavo Di Lorenzo.

El año termina con un Presidente muy consolidado y con una imagen netamente positiva. Cuando a la gente se le da la oportunidad de calificar entre bien, regular y mal, apenas el diez por ciento le otorga un mal al Presidente, mientras que un 60 lo califican con un bien o muy bien. Cuando a la gente se le pide una definición, es decir si están a favor o en contra de lo que hace Kirchner, el 80 por ciento se pronuncia a favor. Son índices muy altos, fundados especialmente en la marcha de la economía.

Por supuesto que analizadas las políticas del Gobierno en las distintas áreas, hay puntos fuertes y puntos débiles. Lo más elogiado es la política económica, con casi el 70 por ciento de aprobación, pero igual nivel tiene la política educativa y la de empleo. Las notas más bajas, es decir las críticas más extendidas, están en la política de seguridad ciudadana, en la que hay un 55 por ciento que opina en contra, y la forma de resolver la cuestión de los piqueteros, con 95 por ciento de rechazo. También hay críticas en cuanto a la lucha contra la corrupción: un 20 por ciento dice que el Gobierno actúa bien o muy bien en ese rubro, mientras que el 40 lo califica con un mal o muy mal. El resto tiene una opinión regular sobre ese rubro. Cuando a la gente se le pregunta de qué debe ocuparse el Presidente en 2007, el primer lugar lo ocupa la seguridad, el segundo la educación y el tercero el empleo.

Durante el año, hubo algunas polémicas puntuales sobre las que Zuleta pidió opinión:

- El 60 por ciento cree que la política de acuerdos de precios dieron mucho o algún resultado, contra un 40 que dicen que dieron poco resultado.

- Respecto de la cuestión energética, un 35 por ciento dice que el Gobierno actúa bien, un 50 por ciento considera que la gestión es regular y un diez por ciento es abiertamente crítico de lo hecho por la administración K en esa materia.

- El otro tema de importancia para el ciudadano común es el nivel salarial. Nueve de cada diez personas piensa que los salarios van a aumentar en 2007 y la gran mayoría considera que el 19 por ciento pactado en 2006 fue insuficiente.

Evaluando la oposición, la mitad de los consultados cree que sigue siendo débil, dispersa, y que no es una alternativa de poder en 2007. Hay un 20 por ciento que piensa que si la oposición se junta puede lograr el batacazo y ganar en octubre.

Respecto de la perspectiva electoral, las encuestas realizadas a diez meses de los comicios sólo marcan una especie de punto de partida. Por lo general, el voto se decide en el tramo final de las campañas. Aun así, parece evidente que el matrimonio Kirchner parte como amplio favorito. Si el Presidente se presenta como candidato, OPSM le atribuye una intención de voto de más del 50 por ciento, con Lavagna ubicado segundo, Carrió tercera y Macri cuarto. Si la candidata fuera la primera dama, parte de un 42 por ciento de los votos, con Lavagna ubicado a 25 puntos de distancia. De todas maneras, las piezas recién se están acomodando y hay varias incógnitas políticas sin develar, entre ellas si habrá alianzas en la oposición o las alternativas opositoras serán varias. Tampoco Macri ha decidido si será candidato presidencial, competirá por la Capital Federal o por Provincia de Buenos Aires.

Como se sabe, el sistema electoral argentino es peculiar. Para ganar en primera vuelta no se necesita el 50 por ciento más un voto, sino el 45, o bien obtener más del 40 por ciento de los sufragios y sacarle diez puntos de ventaja al segundo. A primera vista, los requerimientos para evitar el ballottage son bajos y, si las elecciones fueran hoy, parece difícil que la oposición le arranque una segunda vuelta al oficialismo.