La ciudad de Buenos Aires, en cambio, es un caso testigo de la falta de avances, pese a que en la Legislatura porteña esperan para su tratamiento varios proyectos que buscan legislar en la materia. Una de las iniciativas más completas propone que las prendas que se fabriquen o comercialicen deben respetar al igual que en la provincia las normas IRAM. Esto, según el proyecto, permitirá adecuar los talles a las medidas corporales de las mujeres.

Para la aplicación de este punto, el proyecto prevé la realización de un estudio antropométrico de las mujeres que permita elaborar una tabla de medidas que dispongan los topes mínimos y máximos de los talles. En caso de trasgresión de la ley, la propuesta contempla el pago de multas de entre 100 y 2500 pesos o la clausura del local por cinco días.