La mayor polémica en el caso Dalmasso es alrededor de las dos hipótesis centrales. La primera, un amante que se encontró con ella esa noche y, por alguna razón, estalló en una furia de celos y la mató. La segunda, que alguien ingresó en la vivienda, violó a Nora y la terminó matando porque ella lo conocía. En esta última alternativa siempre se barajó la idea de un vecino, el hijo de un vecino o alguien que estuviera trabajando en las refacciones que se le estaban haciendo a la casa.

Los fiscales, especialmente Javier Di Santo y Fernando Moire, se inclinaban por la hipótesis del amante hasta que en las últimas semanas se volcaron a la de la violación. La pesquisa demostró que Nora no esperaba a nadie esa noche y seguramente ya estaba en cama cuando ingresó el homicida: se había sacado el maquillaje, se lavó la bombacha mientras se duchaba y fumó un cigarrillo. A la víctima le encontraron lesiones leves en la vagina y el ano. Página/12 dialogó con uno de los forenses que hizo la primera autopsia, Martín Subirachs: “De ninguna manera se puede descartar la violación. Las lesiones son compatibles tanto con una relación sexual consentida fuerte como con una violación”. El forense de San Francisco, Mario Vignolo, convocado a supervisar la autopsia, se inclinaba inicialmente más por una relación consentida que por una violación, porque el cuerpo no registraba lesiones defensivas. El viernes dijo que descreía que Zárate fuera el autor porque “no da el perfil”. Anoche, ante las pruebas presentadas por la fiscalía, se mostró mucho más cauto.

El criminalista Raúl Torre mantiene su postura del principio: “La hipótesis de la violación tenía un 60 por ciento de posibilidades de ser verdadera. El perfil de violencia de Zárate encaja con eso. Y a los pocos días del crimen yo insistí en que el estrangulamiento aparece muchísimo después de violaciones. Dalmasso tiene lesiones genitales, lo que me daba un indicio y el golpe en la cabeza que mostró la autopsia era otro. Me la imaginaba saliendo del baño y encontrándose con el sujeto. Ahora sabemos que estaba en la cama. Todo indica que la agarró del cuello con enorme fuerza, es posible que le haya producido un desvanecimiento y la terminó violando. Ya en los primeros días insistí en que había que buscar cerca, en un empleado o un vecino que se tentó con ella. Desconozco los detalles pero la imputación contra el albañil encaja”.

La postura contraria es la de Eduardo Frigerio, comandante retirado de la Gendarmería y profesor de criminalística: “Como posibilidad, la violación no puedo descartarla. Es posible que, como mujer pensante, haya optado por quedarse quieta en la violación para no sufrir un daño. Pero aún así se tendría que haber encontrado algún reflejo defensivo. Mi postura es que hay que profundizar la investigación en las dos hipótesis”.