“Según el informe presentado por la UBA, todavía falta avanzar respecto de los problemas sanitarios específicos de la Cuenca”, observó Elena Highton de Nolasco, integrante de la Corte Suprema, en la audiencia de ayer.

–Trabajamos para que en cada historia clínica, en hospitales y centros de salud, se incluya la pesquisa sobre riesgo ambiental –contestó Ana María Speranza, directora de Salud Materno infantil del Ministerio de Salud de la Nación–. Los profesionales suelen desatender este aspecto y por eso estamos haciendo jornadas y cursos de capacitación. Además, este año agregaremos tres unidades sanitarias de acción ambiental, sumadas a las ya existentes en los hospitales Garrahan, Elizalde, Gutiérrez, Posadas y Sor Ludovica de La Plata.

–¿Se cuenta con bases de datos al respecto? –inquirió la jueza.

–El Ministerio de Salud cuenta con registros específicos de enfermedades transmisibles, respiratorias, diarreicas, hepatitis, debidas a la baja calidad del agua. La Argentina fue el segundo país en el mundo que declaró obligatoria la vacuna contra la hepatitis A, para prevenir las hepatitis fulminantes que afectan especialmente a chicos de esta cuenca. Y sabemos cuáles son las enfermedades prevalentes en cada municipio –afirmó Speranza.