El gobierno chileno, en tanto, expresó sorpresa por esta actitud y reiteró su voluntad de cumplir los acuerdos alcanzados -con mediación de la Iglesia católica- y atribuyó el reinicio de la protesta a "un malentendido y no a un incumplimiento" de lo acordado.

Troncoso permanece internada en un hospital de Temuco, a 670 kilómetros al sur de Santiago de Chile, sometida a una dieta hipercalórica e hiperproteica que le permitió recuperar 10 kilogramos y pesar ahora 72 kilogramos, informó la agencia noticiosa italiana ANSA.

La activista, junto a otros cinco mapuche, está condenada a 10 años de cárcel, de los cuales ha cumplido cinco, más al pago de 423 millones de pesos en concepto de indemnización a la Forestal Mininco, tras haber sido considerada culpable por los tribunales de incendiar una hacienda privada que los movimientos indígenas califican de tierras ancestrales que deben serles devueltas.

Sobre los mapuche se aplica la ley Antiterrorista que fue creada por el general Pinochet, a través de la figura del delito de "incendio", que fue incluido en las reformas del año 1991. No obstante, ellos dicen ser inocentes y cuestionan el proceso judicial en el que, se citaron testigos que declararon sin brindar su identidad.

Para poner fin a su ayuno, Troncoso demandaba la firma de un documento donde aparezca formalmente el otorgamiento del beneficio de ir a un Centro de Educación y Trabajo y de los beneficios intrapenitenciarios a partir de marzo del 2008 para ella y los activistas Jaime Marileo y Juan Millalen.

En declaraciones radiales el ministro Francisco Vidal, vocero del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, atribuyó el reinicio de la huelga de hambre a "un malentendido que lo vamos a resolver en 12 horas". "Hubo acuerdo y el gobierno lo va a cumplir", subrayó el funcionario.

Roberto Troncoso, padre de la activista mapuche, dijo que estaba "preocupadísimo" por la posibilidad que su hija retome la huelga, pero afirmó que no hay "otra solución" porque "el gobierno prometió una cosa y ahora sale con otra".

El engaño del 2006

La desconfianza de Patricia Troncoso con las autoridades de gobierno no es gratuita. Tras otra huelga de hambre desarrollada el año 2006 junto a los presos políticos Juan Huenulao, Patricio Marileo y Jaime Marileo, en demanda de la nulidad del juicio, parlamentarios de gobierno se comprometieron a votar un proyecto de ley que les otorgaba beneficios extrapenitenciarios a ella y sus compañeros. Este compromiso les hizo dejar la movilización cuando cumplían 63 días de prolongado ayuno.

"Confirmamos mediante este compromiso, nuestra voluntad de votar favorablemente el proyecto de Ley que establece el beneficio de la libertad vigilada a los Presos por la Ley Antiterrorista en la reivindicación del Pueblo Mapuche... conminamos a los presos de la cárcel de Angol, bajar la huelga de hambre, ante la feliz noticia de la urgencia de este proyecto de Ley en el Senado, y ante el compromiso de nuestros votos favorables, que provocará su libertad en el corto plazo”, señalaron en su oportunidad 12 parlamentarios, quienes se comprometieron por ellos y sus respectivas bancadas.

Nada de aquello sucedería. Varios que habían comprometido sus votos, desconocieron todo acuerdo y el Senado desechó la idea de legislar sobre la iniciativa.