Más de 30 colectivos con trabajadores de la educación de distintas provincias se concentraban cerca de las 11 en inmediaciones de los puentes que comunican a las provincias de Río Negro y Neuquén, con el objetivo de avanzar luego hacia el centro de la capital neuquina, donde se reunieron con los maestros de la Provincia.

La marcha principal organizada por el gremio docente ATEN fue multitudinaria y comenzó pasadas las 12.30 frente al monumento al General San Martín, en pleno centro neuquino, para pasar luego frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia, la Casa de Gobierno y el juzgado del magistrado Cristian Piana (a cargo de la investigación del crimen), para terminar en la ruta 22 y Olascoaga, donde se realizará el acto central.

El tránsito frente al TSJ tiene que ver con el interés de manifestar el repudio a los integrantes del máximo órgano judicial de la Provincia que, a juicio del sindicato docente, hizo todo lo posible para evitar que la investigación judicial alcanzara al ex gobernador Jorge Sobisch.

"Sabemos que es difícil, pero nuestro objetivo es que Sobisch responda por la muerte de Fuentealba", sostuvo esta mañana en declaraciones radiales el dirigente de ATEN Pablo Brizón.

Consultado sobre el análisis del gremio en relación a la postura del actual gobierno neuquino, encabezado por Jorge Sapag, Brizón indicó que "al principio hubo pocas señales, pero ahora parece que el MPN, a través de sus legisladores, pretende abrir paso a los juicios políticos que estamos pidiendo para los jueces del TSJ, y eso representa un cambio".

Por su parte, Sandra Rodríguez, la viuda de Fuentealba, dijo momentos antes de realizarse la marcha que "además de un homenaje a Carlos", también era un reclamo para que el gobernador Sapag "tome la decisión política de hacer justicia con todos los culpables, tanto materiales como ideológicos".

En ese sentido, reiteró que "Sobisch es el autor oculto y debe tener la (misma) condena del autor material (el policía José Darío) Poblete", que según dijo, "no le conozco la cara, pero lo imagino con las mil caras de la violencia".

"El (por Sobisch) dio una orden en ese lugar, fue una acción premeditada, planeó la noche anterior lo que iba a hacer", aseveró y agregó que "no le bastó con robarse la provincia más rica, como lo dijo el actual gobernador Sapag, sino que llegó al punto más cínico de ordenar fusilar a un trabajador, a un maestro".

También le reclamó al Estado nacional que entienda que "debe haber un antes y un después" de Fuentealba, "una defensa incondicional de la vida".

Por último, dijo que quería recordar a su esposo "como el gran padre que fue, el gran compañero de mi vida, un magnífico docente y la gran persona que ha sido".