22:23 › MACRI, EL GRAN DISCIPLINADOR
Para el PRO, su gobierno debería ser una "empresa de servicios", bien vestida
El macrismo, a través de un proyecto de ley presentado por el diputado Jorge Garayalde, reclama que los empleados de la Ciudad cuiden "su indumentaria y aseo personal". La iniciativa despertó críticas en la oposición y malestar en algunos integrantes de la propia fuerza del Gobierno local, que vuelve a dar una directiva cuanto menos desafortunada.
Jorge Garayalde, legislador porteño del PRO, presentó en las últimas horas un proyecto llamativo, en el que -entre otras cosas- exige que los empleados de la administración pública vistan "correctamente, cuidando su indumentaria y aseo personal".
La iniciativa, a la que tuvo acceso Télam, remarca además que los empleados deberán "utilizar trato y lenguaje correcto, respetando los derechos de los usuarios".
En sus fundamentos, el proyecto de Garayalde va más allá y vuelve a rozar con lo insólito: "A la Administración se le exige, y estamos de acuerdo con ello, cada vez más calidad y eficiencia, de esta manera, si consideramos que la Administración Pública es una suerte de ’empresa de servicios´, el personal que la representa ante la atención al público tiene que mostrar la mentalidad y actitud ´de servicio´ correspondiente".
De acuerdo con el texto de la iniciativa, "incorporamos en la presente, en el sentido antes expuesto, obligaciones a las que deben atenerse los agentes con la finalidad de contribuir a la mejora en la calidad en la atención al público".
"Quién así no lo hiciere, será fácilmente reconocido por los administrados, en tanto las quejas no serán hacia la ´Administración´ en general, sino correctamente orientadas hacia un posible ´mal empleado´, que a la sazón no la representa dignamente".
Desde la oposición no tardaron en aparecer las críticas. El jefe de la bancada kirchnerisa, Diego Kravetz, se mostró -irónicamente- "conforme" con la medida, "siempre y cuando la cumplan todos los funcionarios y diputados del PRO".
Incluso desde el propio gobierno porteño, hay quienes consideraron "desafortunado" el proyecto, aunque algo habitual en diputados y hasta funcionarios de primera línea, más ocupados por la estética que por la eficiencia.
Por caso, en una de sus pocas incursiones a la Legislatura en lo que va del año, Gabriela Michetti habría sondeado a varios colegas para prohibir el uso del mate durante la jornada laboral, aunque habría encontrado demasiada resistencia.